- Barranco del Val

miércoles, 21 de julio de 2021

- Barranco del Val

Track del recorrido.

Info del recorrido.

Mi ultima ruta, por tierras sorianas, me lleva a uno de los pueblos mas bonitos de Soria, como Ágreda, a pies del Moncayo. Voy a recorrer su conocido Barranco, el del río Val. Una ruta que puede realizarse desde Los Fayos, ya en tierras aragonesas.

Ágreda, la villa de las tres culturas, pues no en vano, convivieron tanto cristianos, como judíos y moriscos. Empezó a forjarse, con pequeños asentamientos celtiberos y romanos posteriormente. Pero no fue, hasta la llegada de los árabes, cuando empezó a crecer en vida y riqueza. Ubicada estratégicamente y fronteriza entre reinos, los conflictos no tardaron el llegar, y en el siglo XII, fue conquistada por el rey de Aragón. Darse una vuelta por sus calles, te remonta a su pasado histórico, con multitud de vestigios árabes, iglesias, palacios, torreones, conventos…Allí descansa, una famosa monja de cuerpo incorrupto, Sor María de Jesús de Ágreda, la Dama Azul de Norteamérica. Ya había estado, años atrás recorriendo sus calles, empapándome de su historia. Me acerco a sus murallas árabes, donde comienza la ruta por el PR SO-20, señalizado hacia el cañón del Val, cerca de las huertas árabes. El primer tramo, transcurre por camino entre campos de cultivos, por el camino de Pataroldán. Un desvío indicado, deja a un lado la depuradora, y se prosigue entre sus campos. Un cartel, me desvía del camino por una pequeña senda que mira al Moncayo, en dirección a la cascada del Pozo de las Truchas. Una pequeña senda, sin perdida, con balizas e hitos, que me acercan a la entrada del Barranco del Val. Hay varios tramos que van descendiendo hacia la ribera del río, con pasamanos de cadenas, de mayor desnivel (será el tramo más pesado al regresar, ascendiendo por la misma).

Palacio de los Castejones, en Ágreda.

Murallas árabes.

Panorámica de Ágreda.

Campos de Ágreda.

Estribaciones del Barranco.

Dejando el camino, se sigue por senda, bajo la mirada del Moncayo.

Una senda muy marcada, sin perdida.

Que se va acercando al barranco.

Entrada del Barranco.

La senda, tiene varios tramos con pasamanos, en su recorrido.

Después de recorrer casi 5 km, sin apenas sombra, se llega al frescor que se respira por la ribera del río Queiles-Val, por el interior del barranco. Una rica flora y arboleda, densa por momentos, llena de vida, por el interior de el barranco. Desde chopos, nogales, almendros, sauces, álamos, fresnos, rosales silvestres, zarzamoras, ortigas, plantas acuáticas… en convivencia con sus aves, desde jilgueros, carboneros, pinzones, mirlos, aves rapaces, buitres en cuyas aguas truchas y barbos, comparten su habitad.

Que se introduce en su densa vegetación.

Muy bien señalizada, en todo su recorrido.

Donde la vegetación, lo cubre todo.

Llegando a la ribera del río.

Entre la densidad de su ribera.

De pequeños puentes.

Una pequeña senda, agradable de recorrer.

El río Queiles - Val.

Paralela a la pequeña senda.

Un respiro de frescor y vida.

A la vera del río.

Que te aleja y te acerca, entre sus tramos de escalera equipados.

Siguiendo su hermosa senda, paralelo al río, se descubren pequeños y grandes saltos de agua, hasta llegar a su cascada, el pozo de las truchas. La senda prosigue hacia el embalse del Val, por la cual me adentro sin llegar al pantano. El retorno es lineal, aunque hay un atajo por camino, hacia la Cuesta Rodrigo, pero prefiero seguir de nuevo hacia la depuradora, desandando el camino, aprovechando el viento que sopla por sus campos, en lo soleado del día.