domingo, 26 de febrero de 2023

- Necrópolis de Malamoneda

 


Track del recorrido.

Descripción del entorno.

Dejo atrás Navas de Estena, para seguir por la carretera CM-4157, hacia Navahermosa. Subiendo el puerto, hago una parada en el Risco de las Paradas, donde su mirador ofrece una amplia panorámica del Parque Nacional de Cabañeros. Descendiendo el puerto, a la altura del desvío hacia el pueblo de Hontanar, al lado contrario, un pequeño cartel, me guía en la dirección de la Necrópolis de Malamoneda. Es un amplio camino de tierra, que lleva al despoblado de Malamoneda, durante 3 km aprox. Dejo en las cercanías el vehículo, en una pequeña explanada de campo, para coger el camino a la entrada del despoblado. Me adentro a recorrer las ruinas, de un antiguo asentamiento, que estuvo ocupado por las culturas hispanorromanas, visigodas, musulmanas y en las épocas baja y alta edad media. Un paraje habitado desde muy antiguo, de echo siguió habitado entre los siglos XVI y XX, donde finalmente cayo en el olvido. Ubicado en la Sierra de la Valeruela y bañado por arroyos y el rio Cedena, el paisaje de por sí, ya se respira a misterio, algo de místico tiene este entorno, por las diversas culturas que lo habitaron, sus tumbas antropomórficas, santuarios, etc… tanto es así, que, a día de hoy, arqueológicamente e históricamente, sigue siendo un misterio, este lugar. Cada rincón que descubres te sorprende, una mirada aquí u otra allá, con inscripciones casi ilegibles, en mi caminar, paso al lado de una vieja torre. La Torre vigía, bien visible y destacable, entre los restos de casas, establos, caseríos. 

Camino al Despoblado de Malamoneda.

Camino al Despoblado de Malamoneda.


Despoblado de Malamoneda.


Despoblado de Malamoneda.

Sigo descendiendo el camino hacia el río Cedena, pasando entre las ruinas de un viejo castillo, para acercarme a ver su encina milenaria. Enorme, es quedarse corto, es de las encinas mas grandes que he visto, escondida en su bosque. Sigo recorriendo el  margen del río, en donde hay una finca privada vallada. Me acerco a ver su pequeña presa, su canal, y no recordé en ese momento, en que se puede atravesar el vallado, a través de una escalera, para ver el molino restaurado. 



Descendiendo al río.

Castillo de Malamoneda.

Descenso al río.

Río Cedena.

Encina Milenaria.

Llego, nuevamente al despoblado de Malamoneda, descubriendo sus tumbas en las rocas. No esta claro si son de origen romano o de la baja edad media, se han encontrado estelas romanas con nombres celtas.


Pequeña presa.

Río Cedena.

Tumbas Antropomórficas.

Hacia la Torre Vigía.

Viejas inscripciones incrustadas en el granito.

Un paraje solitario, donde solo se oyen mis pisadas, ni el viento ni animal alguno, escucho en mi recorrido solitario. Una ruta que te acerca, a internarse por ese pasado atrayente, con esa magia ancestral que se respira y parece palparse, cuya cultura, perdura en sus ruinas e inscripciones.







miércoles, 22 de febrero de 2023

- El Boquerón de Estena.

 


Track del recorrido.

Parque Nacional de Cabañeros.

Descripción de la ruta.

Info de la ruta. Fte: .miteco.gob.es, Parques Nacionales.

Mi segunda visita al parque nacional de Cabañeros, me va a llevar a recorrer el sendero del Boquerón de Estena. Para ello, me he dirigido a la población de Navas de Estena (Ciudad Real), para entrar al Parque nacional. Es uno de los accesos más cercanos y la ruta se desarrolla en las inmediaciones del pueblo. Hay dos rutas, que se pueden llevar a cabo: La senda del Boquerón del Estena y la ruta de los Reales.

Para más información y detalles de la ruta, así como folletos ilustrativos del entorno en:

Parques Nacionales de España

Siguiendo las indicaciones del pueblo hacia el Parque nacional, se deja el vehículo en un aparcamiento habilitado y gratuito, para comenzar a conocer el Valle del río Estena, por donde discurre la ruta. Un valle rico en biodiversidad, gracias a sus condiciones climáticas, para la creación de un ecosistema en cuyo habitad proliferan diferentes especies.  Su amplia arboleda abarca desde abedules, tejos, acebos, alisos, helechos reales…así como encinas, alcornoques, jaras, más característicos del clima mediterráneo. Además, en las vaguadas de la propia sierra, se pueden observar bosques de hoja caduca, como sus quejigos y robles.

Desde el aparcamiento, cerca de un camping de Cabañeros Lincetur y centro de turismo rural, comienza mi andadura por pista de tierra. Un guarda del parque me comenta, que solo es posible llegar hasta el río Estena, porque las fuertes crecidas del río se han llevado el segundo puente. Una ruta que se me acortara en 5 km, en vez de los 6,5 km que tiene ida y vuelta. Llegado a un desvío de la ruta, donde la pista sigue ascendiendo hacia la Ermita de Nª Señora de la Antigua en donde hay un mirador, se toma la senda que se adentra para comenzar la ruta del Boquerón de Estena, indicada.

Un cartel informativo, te ilustra el recorrido por la cual se desarrolla la ruta. Un pequeño puente me cruza el arroyo del Chorrillo, y bordea el monte de Postuero de Ramiro, para acercarse al valle del río Estena. El siguiente punto de interés, están en sus agujas rocosas, conocidas como el Risco Tirapanes. Conocido así, desde época antigua, en cuyos alrededores se hacían las labores de pastoreo, corchero y de carbonero. Con las crecidas del río, los trabajadores quedaban aislados y las familias se acercaban a arrojarles víveres. 

Desde el aparcamiento, inicio de la ruta.

Por pista, entrando al Parque Nacional de Cabañeros.

Una pista que me acercará a la senda de la ruta del Boquerón de Estena y al desvío hacia la Ermita.

Desvío a la izq, para coger la senda.

Comienzo de la ruta del Boquerón de Estena.

Una senda que te acerca a la profundidad del valle.

Valle de Estena, hacia el Risco Tirapanes.

Y hacia su mirador.

Mirador del Risco.

Info.

Siguiendo la ruta, bastante llana, a través del valle y paralelo al río, entre sus rocas se encuentra su pasado marino. Adentrarse por su entorno, es un viaje en el tiempo, a diferentes periodos geológicos y paleontológicos. Que van desde el Cámbrico hasta el periodo Ordovícico (500 millones de años). Un paisaje protegido y referente a nivel internacional, de los primeros tiempos de la era primaria. Un libro abierto, entre las rocas de cuarcita y de pizarra, en donde destacan numerosas formaciones de las huellas de animales, fósiles, que conservan aquella actividad orgánica. Desde las marcas de gusanos gigantes, trilobites, braquiópodos, moluscos, etc..

Vistas al río Estena.

Siguiendo por el valle y paralelo al río.

Formaciones en la cuarcita de antiguas huellas marinas.

Restos de sus fósiles.

Fijándose bien, puedes descubrir algunas de sus huellas, mientras recorres su cómoda senda. Un descenso me lleva a la orilla del río Estena, con su bosque de ribera, entre fresnos y sauces. Avanzo hasta donde el puente estaba anclado, sin poder cruzar el río y quedándome con las ganas de descubrir, las mejores rocas donde están registradas las huellas de su pasado marino. Para otra ocasión, dejare una próxima visita, para disfrutar de este paraje espectacular, con el puente arreglado o con el caudal del río más bajo.

Descenso al río.

Donde la ruta, prosigue por su cauce.

Río Estena.

El puente aparece al fondo de la imagen destrozado.

Por el entorno del río.

Retrocediendo.

Una mirada a sus riscos.

Recorriendo el pueblo de Navas de Estena.

Retrocedo de nuevo al aparcamiento, y seguiré mis aventuras, a otro lugar singular, cercano y desconocido, que os comentaré en mi próximo artículo.

 


lunes, 20 de febrero de 2023

- El sendero del Sacristán.

 


Track del recorrido.

Panel informativo.

Mi siguiente, recorrido, me lleva al pueblo de Ariza. Desde el cual comenzaré, una curiosa ruta, conocida como el sendero del Sacristán. Una ruta que sigue los pasos y obra de Félix Gallardo (El Sacristán), a lo largo de una senda circular, balizada como SL-Z 67. Fallecido hace unos años, este vecino de Ariza, de vida ermitaña y autodidacta, dedico buena parte de su vida, en la construcción de un refugio, una atalaya y un castillo, entre los barrancos y sus bosques de pinos, en un arte denominado “Art Brut”.

Desde el mismo pueblo, comienza mi andadura, remontando el barranco de la Alovera, por un camino entre fincas industriales. Un tubo, por el cual hay que adentrarse para atravesar la autovía A2, parece transportarte de la civilización a una naturaleza hermosa y exuberante. Un cartel informativo te da la bienvenida, y te enseña el recorrido, que en forma de anillo, va destacando varios puntos de interés. Comenzando en sentido antihorario, ascendiendo por una senda entre los pinares y las marcas del PR local, blancas y verdes.

Saliendo del pueblo de Ariza, por camino entre sus fincas.

Y dejar su industria, para seguir el camino que te lleva a la autovia.

Un tubo te cruza por debajo la misma.

Y al salir, un poste indicativo de la ruta te muestra el recorrido circular.

Sendero del Sacristán.

El trazado esta enteramente balizado, con postes, y mapas guías, y a su vez las marcas del PR, tanto en los postes, como en los árboles. La senda sale a un camino, para ver la Fuente del Sapo, y proseguir por una senda que cruza el barranco de la Alovera, y adentrase nuevamente por el pinar. Este tramo del recorrido, me ha gustado bastante, entre sus pequeños barrancos y atalayas de color rojizo en contraste con el bosque. Se prosigue ascendiendo al barranco de los Pescadores, para ir a lo alto del cerro, donde se encuentra un mirador. Una buena panorámica me sale a la vista, donde se divisa al fondo la sierra de Solorio. La senda, sigue por la parte alta del barranco de la Alovera, con muy buenas vistas en todo momento, descendiendo a un chorrero del barranco, donde hay una antigua calera. Sigo las indicaciones, y un cartel me guía al refugio del sacristán, incrustado en la roca.

Primera parada.

Un poste te enseña la senda, por la que hay que seguir.

Y adentarse entre pequeños barrancos y atalayas de color rojizo.

Ascendiendo al barranco de los pescadores.

Al mirador.

Vistas desde el mirador.

Vistas desde el mirador.

La senda sigue por lo alto, del barranco de la Alovera.

Con algunos tramos entre los pinares.

Y descender al barranco.

Para llegar a la siguiente parada.

Entorno de la calera y de la cercana Fuente de los Pescadores.

A la derecha el refugio del Sacristán, incrustado en la pared rocosa.

Se prosigue zigzagueando, entre los pinares y el barranco, cruzando una antigua viña, para seguir avanzando a lo alto de otro cerro, donde se divisa el castillo del Sacristán, en el interior del Barranco. Un descenso mas brusco, para llevarme al interior del Castillo del Sacristán.

La senda sigue paralelo entre las fincas.

Y acercarte a lo alto de otor cerro, donde se divisa el Castillo del Sacristán.

Castillo del Sacristán.

Adentrarse por el castillo, de color rojizo y en un ambiente casi místico, te sorprende y hay que fijarse en varias de sus piedras labradas, con diferentes simbologías. La senda, guiada por su interior te asciende a un bosquete de pinares, para llegar a un pequeño cruce, por si se quiere visitar la fuente de la Pimpirinela. 

Castillo del Sacristán.

Recorriendo el interior.

Recorriendo el interior.

Una breve parada.

Recorriendo el interior.

Recorriendo el interior.

Recorriendo el interior.

Desvío hacia Ariza o a la fuente de la Pimpirinela.

Bordeando una finca agrícola, se sale a un camino, que se toma brevemente de manera ascendente, para salir a una senda, que asciende con mas pendiente a la parte alta del barranco. Se prosigue por el bosque de pinares, hasta llegar casi a la autovía y descender, y regresar por el interior del tubo primero, hacia el pueblo de Ariza.


Un nuevo ascenso, dejando a un lado una finca agrícola.

Entre los pinares.

Por la vertiente contraria, del barranco de la Alovera.

Y descender por senda, al origen de la ruta.

Y cruzar, por su túnel a la civilización.

Un paisaje que me ha molado conocer, algo solitario, pues no me encontré a nadie, pero me quedo con el atractivo y contraste de sus barrancos de color rojizo entre el bosque de pinares.