miércoles, 31 de enero de 2024

- Cima de la Najarra y de la Loma de Bailanderos Invernal.

 


Track del recorrido.

Primera ruta del año, y que mejor manera de empezar, ascendiendo a dos cimas de la sierra de Guadarrama, cubiertas de nieve.

Una Sierra de Guadarrama, siempre complicada, cuando se cubre de blanco, ante la afluencia de visitantes, los fines de semana y festivos. No hemos acercado al aparcamiento del Puerto de la Morcuera a 1.776 m de altitud, para realizar estas ascensiones. Al aparcamiento se llega por la carretera M-611 Miraflores de la Sierra-Rascafría. Una zona que conocemos bastante, cuando realizamos la Cuerda Larga, tanto diurna como nocturna, en anteriores ocasiones. Esta vez, ascenderemos a la Cima de la Najarra en primer lugar y desde la misma, a la cima de la Loma de Bailanderos y regresar al aparcamiento, en condiciones invernales y nieve en todo el recorrido.

El Aparcamiento, se llena con facilidad, por lo cual hay que estar en torno a las 8:00 de la mañana, para tener sitio. Una buena hora, para contemplar el amanecer y con una temperatura nada fría, para acometer el ascenso. Echamos los crampones y el piolet a la mochila, por si en algún momento fuera necesario usarlo, pero en todo el recorrido ni los sacamos.

Un hermoso amanecer.

Nada mas cruzar la cancela metálica, ascendemos Norte por huella abierta de días anteriores, hacia el vallado, alejándonos de la ruta de ascenso a la loma de Bailanderos. Un tramo lineal, entre el monte bajo de matorrales de piornales y enebros, tapizados por el manto nivoso. El ascenso nos ofrece unas agradables vistas del cordel del puerto de la Morcuera, del pueblo de Miraflores de la Sierra, los Altos de la Morcuera, la cuerda de la Vaqueriza, etc.

Comienzo de la ruta, hacia la cancela metálica.

Las condiciones nivosas son ideales para el ascenso, con una nieve semiblanda con tramos de nieve polvo, que se levanta con el viento. Un viento racheado, cuando salimos al roquedo en la cuerda de ascenso. La Najarra, ya la tenemos cerca, sorteando algunos de los conglomerados rocosos, sin dificultad. Poco duramos en su hito cimero, el fuerte viento reinante, nos echaría pronto, dejándonos ese sabor agridulce de contemplar tranquilamente, la gran panorámica de la sierra madrileña.

Primera parte del ascenso, entre matorral de monte.

Primera parte del ascenso, entre matorral de monte.

Y llegar al vallado, para proseguir paralelo al mismo.

Una mirada atrás, con una panorámica hacia el Norte.

Mientras ascendemos, hacia el primer roquedo.

Que cruzamos sin dificultad.

Y seguir nuestro ascenso.

Un tramo rocoso, entre matorral, por el cual se asciende sin dificultad.

Una mirada hacia Peñalara.

Y otra hacia la Sierra de Ayllón, con el Pico del Lobo, bien nevado también.

Lo pasamos en grande.

Y a partir de aquí, nos sorprende el fuerte viento, hasta la cima.







Llegando al vértice geodésico de la Najarra.

Cima de la Najarra, 2.120 m.

Panorámica hacia la cuerda larga y Peñalara.

La cima de la Loma de Bailanderos.

Al Sur, el cerro San Pedro, Soto del Real, Guadalix de la Sierra, el embalse de Pedrezuela...

Y también, Manzanares del Real, el embalse de Santillana, y al fondo las Torres de Madrid.

Descendemos primero hacia el refugio de la Najarra, para proseguir hacia el collado de la Najarra. Contemplamos los Riscos de Peña Arcón, el Hueco de San Blas, asomando también las torres altas de la Pedriza, para seguir descendiendo y ascender nuevamente a la cima de la Loma de Bailanderos, donde el viento se ha tomado un descanso, para poder disfrutar de unas grandes vistas a 360º de toda la Sierra en su conjunto. Por un lado, los cabezas de hierro bien nevados, imponente se muestra Peñalara, bien cubierta de nieve, el Reventón, el Nevero, el Pico Perdiguera, el Pala, etc.

Por la Cuerda de la Najarra.

Hacia el refugio.

Al cual nos acercamos, para descender al collado de la Najarra.

A la vista la Loma de Bailanderos.

Una mirada atrás del collado y de la cima de la Najarra.

Y proseguimos por la huella hacia la siguiente cima.

Bordeando el roquedo.

Y ascender el ultimo tramo a la loma.

Hito rocoso, de la cima de la Loma de Bailanderos.

Panorámica hacia la cuerda larga.

Descendemos, por la ruta habitual, de la senda de la Cuerda larga, bien marcada, hasta el aparcamiento, bien lleno de visitantes. Sobre todo, de familias, por donde los niñ@s, disfrutan con su trineo y de la nieve, estos días.

Descenso hacia el Puerto de la Morcuera.

Descenso hacia el Puerto de la Morcuera.

Una ruta invernal, moderada y sin apenas dificultad, dado las condiciones de nieve blanda y sin hielo, en la misma. Aun así, el material técnico, siempre hay que llevarlo, nunca sabes lo que te puedes encontrar.




martes, 16 de enero de 2024

- Los Riscos de los Yébenes.

 

Track del recorrido.

Información de la ruta.

Red de rutas por Toledo.

Para finalizar el año, nos acercamos por tierras toledanas, a conocer la ruta de los Riscos de los Yébenes, y los secretos que guarda, por sus alrededores. Una mañana bien fría, iniciando nuestra ruta en las cercanías del monumento de los lobos, en homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente. Hay un cartel indicativo de la ruta circular a través de un sendero local (marcas blancas-amarillas), señalizado como PR-TO 15, de poco mas de 15 km, que ampliaremos para conocer otros puntos de interés, tanto arqueológico como geológico.

La ruta da comienzo, en su cartel de origen, ascendiendo la c/Orgaz para desviarnos posteriormente, por la calle de la cruz verde, seguidamente por la ronda de San Blas. La ruta esta bien señalizada, a través de sus marcas del PR, y de postes con la dirección a seguir.

Monumento a Félix Rodríguez de la Fuente.

Por los Yébenes.

Antes de salir del pueblo, conocemos el Toledillo, un barrio de leyenda hermanada con leyendas de brujería. Dejando el pueblo atrás, la ruta prosigue por amplio camino, entre fincas de olivos, destacando su aceituna cornicabra, una rica variedad para obtener su gran aceite.

El Tejadillo.

Ronda de San Blas, parte alta de los Yébenes.

El paisaje ofrece grandes panorámicas de la parte oriental de los Montes de Toledo, en un recorrido por una de las grandes vías pecuarias, como la cañada Real de las Merinas. Por estas tierras transitaba la ganadería trashumante entre Castilla y Andalucía, de Norte a Sur. Un desvío nos sale al paso, para comenzar el ascenso al puerto de la Margaliza, por una senda que nos sumergirá, en su clima mediterráneo, de encinas, quejigos, jaras, retamas, romero, etc. Habitad ideal para los jabalís, zorros, ciervos, corzos, gamos y hasta el lince ibérico. Por sus cielos surcan las aves rapaces, como el Águila real, el Águila Imperial, el Buitre Negro, el Búho Real…Un rico ecosistema salvaje, por donde también se dan las perdices, conejos, avutardas por una sierra rica en recursos naturales. Sus lugareños desde tiempos remotos se abastecían de la madera para hacer leña y carbón natural, de numerosos colmenares para obtener la miel, de sus manantiales, sus molinos para para obtener la harina, del pastoreo y ganadería, para sus quesos y leche, y la caza, siempre ligada al pueblo. En el mismo pueblo, esta el parque de la naturaleza, el museo de la caza y la Taxidermia.

Vistas a los Yébenes.

Camino Real de las Merinas.

Camino Real de las Merinas.

Poste del PR.

Camino Real de las Merinas.

Camino Real de las Merinas.

Senda de ascenso al Puerto de la Margaliza.

Senda de ascenso al Puerto de la Margaliza.

Llegados a lo alto del puerto de la Margaliza, ascendemos por camino hacia las antenas, donde se encuentra el vértice geodésico de la cima del Pico Vedado, al cual ascendemos. El camino continua, por la zona alta de la sierra, con vistas al valle del Algodor, cuyo río, el Algodor da nombre al amplio valle, entre montes de laderas pedregosas y rañas. Una señal nos desvía del amplio camino, para descender a un paisaje singular, conocida como la Chorrera y al Paraje de los Calmos. Desde la cota superior de la Chorrera, por donde en épocas de lluvias, se puede ver una cascada, encajonada entre las grandes paredes de cuarcita, se encuentran las pinturas rupestres de la Chorrera. Aunque la ruta oficial, no nos acerque a conocerlas, dejamos por un momento el PR-TO 15, para descender a ver estas antiguas representaciones de la edad de bronce entre las abrigadas, que hay entre las grandes paredes y terrazas.

Puerto de la Margaliza.

Ascenso a las antenas y a la cima del Pico Vedado.

Ascenso a las antenas y a la cima del Pico Vedado.

Vistas desde la cima del Pico Vedado.

Pico Vedado 1.069 m.


Ruta de los Riscos de los Yébenes.

Desvío a la Chorrera.

Por senda empedrada, hacia la Chorrera.

Por senda empedrada, hacia la Chorrera.

Cartel divulgativo de la Chorrera.

Ruta de los Riscos de los Yébenes.
Información de las Pinturas rupestres.

Unas representaciones de figuras antropomorfas y signos, grabados en la memoria de sus rocas. Retrocedemos nuevamente hacia la ruta, no sin antes conocer el manantial de La Tejadilla, un cuadrado donde mana el agua y cuyo interior guarda un aljibe de agua, capricho de la naturaleza. Seguimos la ruta oficial, para nuevamente desviarnos al alto del cerro del Montón de Trigo, donde está enterrado un antiguo poblado de la edad de bronce del año 3.500 antes de Cristo. Observamos algunos de los restos excavados, donde antiguamente, las viviendas se encontraban a diferentes niveles, protegidas por el exterior, por una muralla de piedra de 5 m de anchura y un foso.

Paredes de cuarcita, donde se encuentra el abrigo C, de las pinturas rupestres.

Cartel divulgativo del sector C.

Zona de las Pinturas rupestres.

Zona de las Pinturas rupestres.

Descender y ascender, por senda a la ruta oficial de los Riscos.

Manantial de La Tejadilla.

Sectores de los abrigos de las pinturas rupestres.

Por camino, hacia el Montón de Trigo.

Ascenso al cerro del Montón de trigo.

El Montón de Trigo.

Zona excavada de la edad de bronce.

Descendiendo del cerro, la senda nos acerca a los molinos de Yébenes, entre encinares, enebros y arbustos. Solo hay dos molinos conservados y uno de ellos remodelado por completo, como es el del Tío Zacarias. Colocados en lo alto de la sierra, para aprovechar mejor los vientos, estos molinos conservan su maquinaria original, cuando molían el grano.  Su recorrido, sigue la senda temática de los Molinos, con amplia información de su historia, en un descenso que nos acercará al pueblo de los Yébenes, no sin antes conocer su Ermita.

Dejando atrás el Montón de trigo, la senda nos acerca a los Molinos de los Yébenes.

Un recorrido mas agreste entre los encinares, quejigos, enebros.

Los Molinos de los Yébenes.

Con bastante información, por su senda temática.

Hacia el Molino Torrecilla.

Molino de Zacarías.

Molino de Torrecilla.

Un tercer molino, sin conservar.

Ruta de los Riscos de los Yébenes, tramo los Molinos - Ermita de San Blas.

Una parte por la Senda de los molinos.

Una ruta con mucha historia.

Hacia la ermita de San Blas.

Escultura de uno de los Cérvidos del entorno natural.

La Ermita de San Blas, del siglo XV, construida con hiladas de ladrillo y mampuesto, esta erigida en lo alto del cerro, dominando el pueblo y las tierras de los Yébenes, en cuyas cercanías hubo una mina de hierro y piedra.

Ermita de San Blas.

Los Yébenes, desde la Ermita.

En los Yébenes, recorreremos el pueblo, acercándonos a las queserías y a los embutidos y carne de caza, quedan un gran valor gastronómico al lugar.

- Video de la actividad:

- Los Riscos de los Yébenes.

Parque de la Naturaleza.

La Taxidermia.

Curiosidades por los Yébenes.