sábado, 20 de marzo de 2021

- Las Setas gigantes de Lozoyuela.

 

Track del recorrido.


Nuestra siguiente ruta, es más una curiosidad, para acércanos a descubrir, las Setas de Lozoyuela. No son unas setas cualesquiera, ni mucho menos comestibles. Se aproxima más, a Julio Verne, y a las setas gigantes, del viaje al centro de la Tierra. Podría decirse, que algo en común tienen. La naturaleza siempre sabia, sabe como moldear y esculpir la roca, solo necesita el viento, paciencia, para ir dando forma al granito. Y es que, esta zona de la serranía, al Norte de Madrid, esta salpicada de formaciones curiosas, de grandes lánchales, bolos, bloques, berrocales y de varios roquedos. Comenzamos, en las inmediaciones del cementerio del pueblo, para seguir el camino, hacia los Terzuelos. A lo largo del mismo, hay pequeñas y solitarias setas y durante la mayoría del recorrido, observaremos varias formaciones de las mismas, causadas por la erosión, dándole forma de setas gigantes. La dirección que llevamos Sur, nos enseña una amplia panorámica de la cuerda de la Cabrera. Hay varios caminos y un tramo de senda con hitos, en una ruta no conocida y sin señalizar. La misma comparte varios tramos de la senda 4 (Las Setas y el Espaldar), ruta circular de casi 21 km. Un paisaje cambiante, desde amplias dehesas ganaderas, el monte bajo, que siempre se engalana en primavera, la amplia ribera que cubre las zonas más húmedas y los arroyos, que bañan estas tierras, y tramos más relajantes, por el interior de sus pinares silvestres. A lo largo del camino, cruzaremos, numerosos arroyos, por los vados del camino. En ocasiones, hay que buscarse un poco la vida, estos días bajan cargados de agua. Arroyos como el de la Dehesa, el de Jóbalo, el de la Granja, Los Chorros y algunos más, que nos salen al paso. El manto vegetal, cambiante entre enebros, chaparros, cantueso, tomillos entre mezclados con las formaciones rocosas, nos cambia el paisaje, cuando nos adentramos por la ribera. No nos olvidamos de las jaras, y las retamas, que abundan por el entorno natural. 

Comienzo de la ruta, inmediaciones del cementerio.

Tramos de la senda 4.

Una de sus setas.

En dirección Sur, una panorámica de la cuerda de la Cabrera.

Por uno de sus variados arroyos.

Y la ribera, que bañan.

Por caminos de monte bajo.

La naturaleza, aún desprovista de sus hojas.

Tramos, donde la senda 4, nos guía el recorrido.

Las formaciones de las Setas.

Hacia la mina de Wolframio.

Mina de wolframio.

Desde arriba, una amplia panorámica al Norte, del medio natural que nos rodea.

Descubrimos varias de sus setas, a cual más curiosa y nuestro caminar, nos acerca a su antigua mina de Wolframio. Ahora en desuso, conserva algunos restos de su vieja estructura, alguna edificación y partes de las cribas, poleas y canalizaciones, de esta mina a cielo abierto. Un metal resistente, que aparte de usarse para las lámparas incandescentes, resistencias y herramientas, tenía también un uso para el armamento.

Pequeños saltos de agua.

La ruta prosigue y desciende hacia el arroyo de los chorros. Antes, haremos una variante, acercándonos a las antiguas vías, ahora en desuso, de su antigua línea férrea que unía varias poblaciones del Norte de Madrid. Retrocedemos, y nos acercamos a los Chorros, para disfrutar de sus chorreras y cascadas, de lo mejorcito de la ruta.  Y por donde nos quedaríamos comiendo, un lugar ideal. Seguimos por camino Este, hacia las dehesas de Lozoyuela y donde nos quedarían por ver algunas setas más y varias Tinadas (donde se resguardaba el ganado, cuando la meteorología era adversa). 

Tramo de la vía férrea, túnel hacia Valdemanco.

Semáforo en Rojo.

Hacia los chorros.

Los Chorros.

Un mirador, del barranco de los Chorros.

Saltando por los roquedos del lugar.

Lo mejor de la vida, después de comer...

Y seguimos buscando setas...

Amplias formaciones de ellas.

Retornando a Lozoyuela, hacia las Tinadas.

Tramos de densa vegetación.

Más setas... ¿serán alucinógenas?..jajaja

Más arroyos...

Una Tinada.

El camino, nos deja de nuevo en Lozoyuela. Una ruta curiosa, más desconocida de Madrid, pero bastante entretenida y de gran valor ecológico, por la biodiversidad natural, por la que se desenvuelve.

 

Seguimos hacia Lozoyuela.

Pedazo de seta, si llueve la ideal...

Marca media.

 


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