lunes, 20 de febrero de 2023

- El sendero del Sacristán.

 


Track del recorrido.

Panel informativo.

Mi siguiente, recorrido, me lleva al pueblo de Ariza. Desde el cual comenzaré, una curiosa ruta, conocida como el sendero del Sacristán. Una ruta que sigue los pasos y obra de Félix Gallardo (El Sacristán), a lo largo de una senda circular, balizada como SL-Z 67. Fallecido hace unos años, este vecino de Ariza, de vida ermitaña y autodidacta, dedico buena parte de su vida, en la construcción de un refugio, una atalaya y un castillo, entre los barrancos y sus bosques de pinos, en un arte denominado “Art Brut”.

Desde el mismo pueblo, comienza mi andadura, remontando el barranco de la Alovera, por un camino entre fincas industriales. Un tubo, por el cual hay que adentrarse para atravesar la autovía A2, parece transportarte de la civilización a una naturaleza hermosa y exuberante. Un cartel informativo te da la bienvenida, y te enseña el recorrido, que en forma de anillo, va destacando varios puntos de interés. Comenzando en sentido antihorario, ascendiendo por una senda entre los pinares y las marcas del PR local, blancas y verdes.

Saliendo del pueblo de Ariza, por camino entre sus fincas.

Y dejar su industria, para seguir el camino que te lleva a la autovia.

Un tubo te cruza por debajo la misma.

Y al salir, un poste indicativo de la ruta te muestra el recorrido circular.

Sendero del Sacristán.

El trazado esta enteramente balizado, con postes, y mapas guías, y a su vez las marcas del PR, tanto en los postes, como en los árboles. La senda sale a un camino, para ver la Fuente del Sapo, y proseguir por una senda que cruza el barranco de la Alovera, y adentrase nuevamente por el pinar. Este tramo del recorrido, me ha gustado bastante, entre sus pequeños barrancos y atalayas de color rojizo en contraste con el bosque. Se prosigue ascendiendo al barranco de los Pescadores, para ir a lo alto del cerro, donde se encuentra un mirador. Una buena panorámica me sale a la vista, donde se divisa al fondo la sierra de Solorio. La senda, sigue por la parte alta del barranco de la Alovera, con muy buenas vistas en todo momento, descendiendo a un chorrero del barranco, donde hay una antigua calera. Sigo las indicaciones, y un cartel me guía al refugio del sacristán, incrustado en la roca.

Primera parada.

Un poste te enseña la senda, por la que hay que seguir.

Y adentarse entre pequeños barrancos y atalayas de color rojizo.

Ascendiendo al barranco de los pescadores.

Al mirador.

Vistas desde el mirador.

Vistas desde el mirador.

La senda sigue por lo alto, del barranco de la Alovera.

Con algunos tramos entre los pinares.

Y descender al barranco.

Para llegar a la siguiente parada.

Entorno de la calera y de la cercana Fuente de los Pescadores.

A la derecha el refugio del Sacristán, incrustado en la pared rocosa.

Se prosigue zigzagueando, entre los pinares y el barranco, cruzando una antigua viña, para seguir avanzando a lo alto de otro cerro, donde se divisa el castillo del Sacristán, en el interior del Barranco. Un descenso mas brusco, para llevarme al interior del Castillo del Sacristán.

La senda sigue paralelo entre las fincas.

Y acercarte a lo alto de otor cerro, donde se divisa el Castillo del Sacristán.

Castillo del Sacristán.

Adentrarse por el castillo, de color rojizo y en un ambiente casi místico, te sorprende y hay que fijarse en varias de sus piedras labradas, con diferentes simbologías. La senda, guiada por su interior te asciende a un bosquete de pinares, para llegar a un pequeño cruce, por si se quiere visitar la fuente de la Pimpirinela. 

Castillo del Sacristán.

Recorriendo el interior.

Recorriendo el interior.

Una breve parada.

Recorriendo el interior.

Recorriendo el interior.

Recorriendo el interior.

Desvío hacia Ariza o a la fuente de la Pimpirinela.

Bordeando una finca agrícola, se sale a un camino, que se toma brevemente de manera ascendente, para salir a una senda, que asciende con mas pendiente a la parte alta del barranco. Se prosigue por el bosque de pinares, hasta llegar casi a la autovía y descender, y regresar por el interior del tubo primero, hacia el pueblo de Ariza.


Un nuevo ascenso, dejando a un lado una finca agrícola.

Entre los pinares.

Por la vertiente contraria, del barranco de la Alovera.

Y descender por senda, al origen de la ruta.

Y cruzar, por su túnel a la civilización.

Un paisaje que me ha molado conocer, algo solitario, pues no me encontré a nadie, pero me quedo con el atractivo y contraste de sus barrancos de color rojizo entre el bosque de pinares.

 


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