viernes, 20 de noviembre de 2020

- Senda Fluvial del río Manzanares

 


Track de la ruta.



Panel informativo de la ruta.

Uno de los rincones preferidos de los madrileños, es sin duda el Monte del Pardo. Inmenso por su bosque de encinares, pinares y de matorrales, como las Jaras. Por su interior, me he recorrido caminos y sendas, corriendo, en bici, paseando y conociendo siempre algún que otro lugar nuevo. De su amplia fauna, destacan los Jabalíes y ciervos, de los cuales, me encontré en ocasiones, con ellos, y con alguna que otra anécdota. Los complejos deportivos de la Zona como el Tejar de Somontes, donde fui a natación y el de Somontes, con el Tenis y el frontón, fueron unos años dorados, de la lejana infancia.

Y quiero daros a conocer, una de las mejores rutas de Madrid, como la Senda Fluvial del río Manzanares. Mucho ha cambiado, con los años y desde luego, la ruta tiene un aspecto inmejorable, muy cuidado y de gran valor ecológico. La distancia a recorrer, dependerá del origen que se quiera llevar, normalmente desde el aparcamiento de Somontes o más corta, desde las inmediaciones del pueblo del Pardo o desde el Puente de los Capuchinos.

Yo comencé desde el aparcamiento publico de Somontes, ideal para conocer el medio. Eso sí, aviso, los fines de semana, se llena el aparcamiento y la ruta esta muy transitada. Por lo cual fui prontito, y mi ruta en la ida, fue ideal por la tranquilidad con la que la disfrute, el retorno ya fue otro cantar. Y es que tiene de todo, para recorrerla, puedes elegir un camino amplio, o adentrarte por la senda fluvial paralela al río. Yo hice una combinación de ambas, tanto por una vertiente del río como por la otra. Una ruta que no tiene perdida, de fácil seguimiento, por donde transitan familias, corredores, ciclistas, y apta para todas las personas.

Primero por camino, empiezo mi andadura, con una estampa otoñal, digna de los mejores cuadros, ideal para la fotografía de naturaleza. Me entretengo leyendo los carteles, viendo a las aves acuáticas revolotear por el agua del río. El camino en dirección Norte, hacia el pueblo del Pardo, es muy llevadero, algún que otro ciclista y corredor, aprovechan estas primeras horas, ideales para hacer ejercicio. De hecho, me dan envidia, me parece un lugar ideal, para ejercitarse y no descarto acercarme alguna vez, aunque sea a correr, por el entorno natural. La senda fluvial, esta marcada con postes y una placa verde – azulado, que sigue aguas arriba hacia el embalse de El Pardo. Por su senda se disfruta de su vegetación de ribera, de Juncos y eneas, de sauces, chopos y fresnos. Y una amplia flora vegetal, que dan firmeza al suelo y dando cobijo a la fauna que puebla la ribera. Hablar de las poblaciones piscícolas, que habitan por el río, es muy variada, desde barbos y carpas, hasta lucios, peces gato, black-bass, etc. Así como poblaciones de anfibios y reptiles, que habitan por el rio y su ribera. El camino, me lleva hacia el puente del Tren de cercanías, por el que es fácil ver pasar alguno en el recorrido, y pasando el vano del puente, comienza la senda fluvial por el río. La ruta puede seguirse por el camino también, pero me parece más completo realizar la senda por la ribera. Una senda fluvial, que de vez en cuando sale al camino principal, disfrutando de ambos ecosistemas naturales.

Aparcamiento de Somontes.

Comienzo de la ruta.
Hay varios carteles informativos, por la ribera del río.

Un río cargado de vida, donde observar fácilmente a los Patos, Garzas...

Muy cuidado y bien indicado.
De majestuosos arboles.

Durante varios años, se llevaron trabajos de restauración del entorno.

El río Manzanares.

A estas horas, ideal para caminar...

De aguas cristalinas.

Hacia el puente del tren de cercanías.

Con numerosos carteles, sobre la restauración realizada.
Pequeñas isletas de juncos, rodean el río.


Senda fluvial, guiada con postes.

Llena de contrastes.

Por donde las hojas, parecen ocultar su senda.

Aparecen las primeras casas del municipio del Pardo, las cuales quedan al margen derecho del camino. Llegado al Puente de los Capuchinos, el mismo, no lo cruzare y lo usare a la vuelta, y seguiré Norte. (Vamos recto hacia el Embalse).Sigo por la ribera del rio, bajo la mirada de los chopos y sauces, hacia el Azud de El Pardo.Una pequeña represa del río, que hace un año se cambió para la recuperación del hábitat, y permitir a su vez que los peces, puedan continuar remontando el río.

La ruta prosigue esta vez alejándose del pueblo, y descubriendo un paisaje de amplias panorámicas. Se llega a la pasarela metálica de Mingorrubio, la cual hay que cruzar. La misma te lleva a la vertiente contraria del río y al área recreativa de Mingorrubio. Ya por el margen contrario del río, entre pinares piñoneros, se alcanza el Embalse del Pardo. Esta presa y la del embalse de Santillana, en Manzanares del Real, permiten regular la cuenca de agua del río.Construida en 1970, y con 35 m de altura, regula las aportaciones del río y propicia unas condiciones medioambientales, de gran valor ecológico. 

Cercanías del pueblo de El Pardo.

De nuevo por la senda fluvial.
Bajo la ribera del río.

Puente de los Capuchinos.

Azud del río Manzanares.
Inmediaciones del municipio de El Pardo.

De marcos artificiales.

Y de bancos, para tumbarse y relajarse.

Pasarela de Mingorrubio.

Bosque de pinares.
Embalse de El Pardo.

Después de recorrer su entorno, regreso nuevamente hasta la pasarela de Mingorrubio. Esta vez no la cruzare y seguiré la ruta por camino y senda fluvial, por la vertiente contraria al río. La ruta esta igual de acondicionada hasta el Puente de los Capuchinos. Buena parte de esta ruta transita por senda, y la arboleda que la circunda, está cargada de hojas caducifolias, ya perennes en esta época Otoñal, que la dan un colorido especial y atractivo. Llegado al Puente de los Capuchinos, lo cruzo, para regresar hacia el aparcamiento de Somontes, íntegramente por el camino.

Por la vertiente contraria al río.

Con tramos de camino y senda.

Una senda más tupida de vegetación.

Con buenas panorámicas del río Manzanares.
Agradable para recorrer.

Bajo su manto de hojas caídas.

Hacen de su senda, un paisaje de gran belleza.

Llegando de nuevo, al cercano puente de los Capuchinos.

Me ha encantado esta ruta, un hermoso ecosistema, cargada de gran belleza con la estación Otoñal.

 

 

 

 


2 comentarios:

  1. Hola Richi.
    Un gran pulmón para una comunidad necesitada de oxígeno. Si no fuese por estos extensos bosques... que sería de nosotros.
    No se si fue en ese entorno donde hace poco grabó un video Sebastián Álvaro, leyendo un hermoso poema. Le decía a sus amigos vascos, que en Madrid también tenemos frondosos bosques.
    Más naturaleza y menos centros comerciales, es lo que hace falta... y también invertir más en limpieza, reforestación y cuidado de los espacios naturales.
    Un saludo, gracias por mostrar tanta belleza.

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  2. De nada Fran, una gran ciudad necesita unos buenos pulmones naturales, que nos permitan escapar de la misma, y disfrutar de sus paisajes, sin duda.
    No solo hay que invertir en el acondicionamiento de parajes, riberas, entornos fluviales, etc.. también es necesario, invertir, el el cuidado del medio ambiente, desde las administraciones y desde la educación y moral, que la humanidad necesita.
    Un abrazo y SL2.

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