- Peña Quemada

Nos hemos acercado, a nuestra sierra de Guadarrama para recorrer un extremo de la cuerda cimera, y enlazar varias cimas que nos quedaban por la serranía, la de Arcones.

La ruta la llevamos acabo desde Braojos. Otra opción parte del pueblo de la Acebeda.

Braojos, tiene su encanto particular. Extensos bosques y dehesas, conforman su característico paisaje, donde la ganadería es su principal actividad.

Por sus calles, las construcciones de piedra y madera, forman su principal arquitectura, me ha llamado la atención, las numerosas casas rurales que hay por el pueblo. Una buena oferta para sus visitantes, con diferentes rutas que recorrer, por sus dehesas, los molinos y ampliada flora.

Dejamos el vehículo, al principio del pueblo si se viene desde la A1.Hay dos rutas para ascender a su Peña más Alta, en la serranía de Arcones ( La Quemada ).La principal, cercana al parque y de la antigua estación de tren, que asciende hacia el Molino del Vadillo, la Casa Forestal de Santuil hacia el Puerto de la Peña Quemada o por los Fresnos de la Reguera, formando una ruta circular, fácil de seguir e indicada por camino y senda.

Nosotros, ascenderemos de otra manera, por una ruta que recorre las cimas de la Porrilla, la de la Rama, hacia el mirador de Arcones y llegando a la Peña Quemada.

Es una ruta, más complicada, cuya primera parte transcurre por pista de tierra (Vía Pecuaria).

Para abandonarla por senda, ascendiendo paralelos a un muro de piedra y continuar hacia un vallado, donde la cancela está abierta y proseguir hacia la cima de la Porrilla.

Comienzo de la ruta desde Braojos.

Dejando la senda atrás hacia la cancela del vallado, ascenso a la Porrilla.

Ruta de ascenso a Peña Quemada.Restos de la Guerra Civil.

Ruta de ascenso a Peña Quemada.Mirada atrás hacia Lozoya.

Hito cimero de la Porrilla.

Cima de la Porrilla.

La senda pierde su traza, y no esta balizada de ninguna manera y hay que ir subiendo entre la maleza de monte bajo, y rocas. Llegados a la Cima, hay unas agradables vistas hacia el Sur, del embalse de Lozoya, Atazar, la cuerda cimera de la Cabrera con su característico Pico, el de la Miel.

Por los alrededores, quedan restos de nidos de ametralladoras y antiguos bunqueres de la guerra civil.

Seguimos ascendiendo, por un cortafuegos donde la nubosidad nos cubre por momentos. Desde el mirador de Arcones, hacia la vertiente segoviana está cerrada, y nos sopla moderadamente el viento del Norte. La temperatura externa ronda los 7 – 8 grados, pero el factor viento, nos da una ST entorno a 2 graditos.

Nos ponemos una capa más de ropa, y seguimos nuestra andadura hacia la cima de la Peña Quemada.

Desde la cima, apenas se distingue el paisaje circundante, la nubosidad la tenemos encima y seguimos la marcha por caminos hacia el puerto de la peña.

Ruta de ascenso a Peña Quemada

Ruta de ascenso a Peña Quemada

Ruta de ascenso a Peña Quemada

Ruta de ascenso a Peña Quemada

Ruta de ascenso a Peña Quemada.Mirador de Arcones.

Ruta de ascenso a Peña Quemada, llegando a la cima de Peña Quemada.

Ruta de ascenso a Peña Quemada, cima de Peña Quemada.

Enlazamos con la ruta normal, guiada con postes de madera y marcas de sendero local (Verdes-blancas), nos quedamos comiendo en la casa forestal de Santuil.

Nuestro descenso, primero hacia el Bardal, nos lleva a las inmediaciones del Molino del Vadillo, por sus alrededores y en estas fechas, los matorrales están cargados de moras, donde nos pusimos muy golosos y que buenas y dulces estaban.

Ruta de ascenso a Peña Quemada

Ruta de ascenso a Peña Quemada, casa forestal de Santuil.

Llegando a Braojos, un gran rebaño de ovejas nos salen al paso y nos recreamos por las vías del tren, llegando a nuestro origen y dar por terminada esta ruta, que nos viene bien, para entrenar nuestras piernas. 

Llegando a Braojos.

Ruta de ascenso a Peña Quemada, los zarzales cargados de moras en esta época.

Ruta de ascenso a Peña Quemada, por una vía abandonada en Braojos.

Empañada, por las escasas vistas, por un día nada apacible pero bueno para andar y salir de la monotonía que muchas veces llevamos en nuestra desenfrenada vida de ciudad.