domingo, 2 de noviembre de 2025

- Sierra del Cabezo, el Cabezo Mijares y el Cabezo Gavilanes.

 



Track del recorrido.

Panel Informativo.

Rutas.

Hacía una década, que no me acercaba por esta serranía solitaria y fría. Con unas ascensiones, casi invernales, de rampas de nieve y hielo, con el olor de la leña por el pueblo de Serranillos. Rutas duras y circulares, de bastante pendiente, ideales para entrenar y fortalecer las piernas, de las que te falta el aliento y el frío busca cobijo por el cuerpo. De esas rutas, que recuerdas ¿Qué tal la sierra del Cabezo?  Uff...es de esas sierras, que te acuerdas, para mal y para bien.

Nos encontramos en el pueblo abulense de Serranillos, a pies de la sierra del Cabezo, donde dejamos el vehículo por el pueblo, para cometer el ascenso a su serranía. Un paisano, nos sale al paso, nuestra vestimenta nos delata, que vais para el Mijares, - sí claro.. es más fácil por el camino que va a la dehesa de la Nava.. - No lo dudo... - por el lado que vais, uff está más cerrado de matorral y muy de piedras... - Lo sabemos, no es la primera vez, ni la segunda, ¿será está la última?

Nos despedimos y continuamos la ruta. Cierto es, que ascender por las Lanchuelas hacia el collado de los pozos, es más agreste de fuerte pendiente, pero así la realizamos de manera circular. 

Ahora hay unas chapas con flechas de colores, que te guían en diferentes recorridos por la sierra del Cabezo. Abandonamos el pueblo, por una pista cementada al lado de un cartel de la red de senderos del Alberche, con señales verdes, amarillas y moradas, que guían a la serranía.

Una cordillera oculta de Gredos oriental, entre los puertos de Mijares y Serranillos, en el corazón más silencioso de la Sierra de Gredos, se alza una alineación montañosa de perfil poderoso y a la vez desconocido: la Sierra del Cabezo. Este macizo, integrante del Sistema Central, separa las vertientes del Valle del Alberche, al norte, y del Valle del Tiétar, al sur, formando una muralla natural donde la roca, el viento y el silencio dialogan desde tiempos inmemoriales. Las cimas del Cabezo de Mijares (2.187 m) y del Cabezo de Gavilanes (2.191 m) ofrecen al montañer@ una experiencia de montaña auténtica, solitaria y plena de belleza. Desde sus crestas se dominan horizontes que abarcan desde el macizo central de Gredos hasta las llanuras de Castilla. Una cordillera oculta de Gredos oriental, entre los puertos de Mijares y Serranillos, en el corazón más silencioso de la Sierra de Gredos, se alza una alineación montañosa de perfil poderoso y a la vez desconocido: la Sierra del Cabezo.

La pista cementada, da paso a un camino amplio, hacia el arroyo de la Garganta del Cabezo, entre vegetación de ribera, de sauces, alisos, fresnos y fincas de pasto y ganado, que vamos dejando atrás. La vegetación es cambiante según la orientación, que va desde encinas y robles hasta los pinares silvestres de repoblaciones anteriores.

Serranillos.

Serranillos.

Comenzamos la ruta de ascenso a la Sierra del Cabezo.

Tramo de ascenso a las Lanchuelas.

Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Tramo de ascenso a las Lanchuelas, izq.


Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Vistas a la Sierra del Cabezo.

Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Hay tramos con señalizaciones, aunque las dejaremos atrás una vez estemos en la trocha de ascenso.

Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Un ascenso entre monte bajo, piornos y brezales, buscando siempre su zona más limpia.

Tramo de ascenso a las Lanchuelas.


Una mirada atrás.

La cuerda del Cabezo.

Según vamos cogiendo altura, el matorral empieza a cubrir la ladera de la sierra, las escobas, van dando paso a los enebros rastreros, el brezo, el piorno, según ascendemos. Dejamos el camino, para seguir por una vereda que se difumina por el matorral, hacia las Lanchuelas. Un canchal rocoso, es nuestro siguiente obstáculo, por el cual transitamos para seguir nuestra progresión a la cuerda cimera de la sierra del Cabezo. Observamos por las laderas más pronunciadas a los ciervos cruzando la Garganta del Cabezo. Ya en la cuerda cimera, dejamos a un lado el collado de los Pozos, para seguir la cuerda entre piornos y bloques graníticos que componen el alma geológica de Gredos oriental. Una cuerda que nos brinda y regala unas panorámicas majestuosas de los valles del Tiétar y el Alberche, con el perfil inconfundible del Almanzor cerrando el horizonte occidental. Un torreón pétreo de piedra granítica, marca la cima del Cabezo Mijares (2.187m), contemplando su paisaje a sus grandes valles y sierras lejanas, donde la roca se une al cielo, y el silencio te atrapa roto por el viento.

Un ascenso de fuerte pendiente, hacia la cuerda.

El tramo de su canchal rocoso.

Por donde usaremos las manos de vez en cuando, para progresar.

Llegando a la cuerda.

Buscando el acceso mas sencillo, por su matorral.

Por la Sierra del Cabezo, granito, brezo y piorno.

Llegando al cabezo Mijares.

Cima del Cabezo Mijares 2.187 m.

Un observatorio natural, para las grandes aves, como el Buitre Negro, el Buitre leonado, sus aves rapaces, el águila imperial, el águila real, el milano real, el halcón peregrino. Según vamos cresteando por su cresta rocosa, trepando a veces y bordeándola otras, un ruido entre las rocas, nos llama la atención. Un grupo de rebecos cruzan, por los canchales rocosos.

Seguimos avanzando, cruzando el cerro del Tambor hasta llegar a la cima más alta de la sierra, el Cabezo Gavilanes (2.191 m)

Aquí, nos quedaríamos comiendo, con las vistas al valle del Tiétar, el Alberche, los montes de Toledo, el circo de Gredos, la sierra de la paramera. Bajo un sol que aun calienta y el susurro del viento, tanto es así, que en una de sus rocas me quede relajado, casi dormido durante media hora, 30 minutos que te llenan física y mentalmente.

El clima es típicamente de montaña continental: inviernos largos y rigurosos, con nieves persistentes, y veranos cortos y templados. La vertiente sur, más abrupta, recibe mayor insolación y un aire más seco; la norte, en cambio, es húmeda y fresca, alimentada por los vientos atlánticos que ascienden desde el Alberche. 

Cresta de la Sierra del Cabezo.

Para alcanzar...

El Cabezo Gavilanes.

Mirador del Circo de Gredos.

Hacia el Circo de Gredos.

Cima del Cabezo Gavilanes 2.191 m.

Comenzamos el descenso hacia el puerto de Lagarejo, hacia la pista forestal, que nos llevará al pueblo de Serranillos, por sus dehesas. Cuyas laderas cercanas, el pino silvestre hace su presencia, paralelos a la garganta del Puerto de Pedro Bernardo.

La fauna del entorno de la sierra del cabezo, es variada y abundante, desde corzos, gamos, rebecos, jabalís, zorros, tejones, el gato montés, la garduña, conejos, liebres y habitad de innumerables aves, no solo de sus grandes rapaces y rupícolas, también de currucas, herrerillos, pinzones, carboneros, petirrojos y su rica flora.

De flores y plantas endémicas, desde la armería de roca, la manzanilla, el serbal de los cazadores, su rica ribera. Este descenso por pista y camino, a Serranillos, nos brinda otra perspectiva del paisaje, y que se hace bastante cómoda la bajada. Ya en Serranillos, joya rural de arquitectura tradicional abulense, con casas de piedra, calles empedradas y tejados rojizos. Su historia se remonta a los tiempos de la trashumancia, cuando los pastores cruzaban los puertos de montaña conduciendo los rebaños hacia las dehesas invernales. Su iglesia parroquial, conserva elementos de sencillez románica y ecos de la religiosidad popular serrana. En los alrededores, un agradable espacio para el descanso antes o después de las ascensiones, a donde nos acercamos a su piscina natural, casi sin agua en esta época, para refrescarnos las piernas y pies, bajo sus aguas heladas. 

En el descenso de la cuerda, hay una señalización que viene de Serranillos, cuando asciendes del Puerto de Lagarejo.

Hacia Serranillos.

Tramo de descenso hacia Serranillos.

Tramo de descenso hacia Serranillos, hacia el Puerto de Lagarejo.

Tramo de descenso hacia Serranillos.

Tramo de descenso hacia Serranillos.

Tramo de descenso hacia Serranillos.

Llegando a Serranillos.

Bien merecido...

Nos quedaríamos tomando algo por el pueblo, que cada vez que he estado, siempre me ha llamado la atención sus carteles del metro...

Un lugar donde la naturaleza se muestra en su forma esencial: granito, viento, nieve y luz. Allí, cada paso es un diálogo con la tierra antigua; cada cima, una lección de humildad. Y al descender hacia Serranillos, entre pinares y rumor de arroyos, uno comprende que la verdadera grandeza de Gredos, no está sólo en sus cumbres más altas, sino también en estos lugares discretos, donde la montaña aún conserva su voz original.


Otras rutas: 

 - Ascenso en condiciones invernales, al Cabezo Mijares y Cabezo Gavilanes.

- Otra Invernal con amigos, a los cabezos.

- Y otra de sus simas emblemáticas, el ascenso al Torozo.