lunes, 10 de noviembre de 2025

- Los Secretos del Puerto de Cotos, Poza de Sócrates y el Tejo del Barondillo.

 


Track del recorrido.

Cartel Informativo.

Cartel Informativo II.

Los secretos que se esconden por el bosque de Cotos. Esta ruta profundiza y descubre los arroyos que alimentan y dan forma, al río Lozoya o de la Angostura, como se llamaba antes. Entre pozas, cascadas y saltos de agua, entre sus numerosos arroyos, como el de la Majada del Espino, el de Peña Mala, el del hierro, el de la Laguna, el del Toril, el de Cotos, el Guarramillas, el de las Cerradillas, el Valhondillo, forman en su conjunto, el nacimiento del río Lozoya, a lo largo de un bosque sagrado, cuyas aguas se abren al Valle de la Angostura.

Un valle interesante, que os dejo reseñado, aquí:

 - Ruta del Valle de la Angostura.

Y toda esta larga aventura, comienza a 6 km del puerto de cotos, por la carretera que va hacia Rascafría (M-604), en un aparcamiento al lado de la carretera.

Las grandes cumbres que rodean esta magnífica Sierra de Guadarrama, como el circo de Peñalara y la Cuerda Larga, donde nacen una infinidad de arroyos, son los que han moldeado el paisaje y dado forma a los valles. La Sierra de Guadarrama, a la que pertenece el puerto, se erige sobre un basamento de gneises, granitos y cuarcitas paleozoicas, forjadas hace más de 300 millones de años durante la orogenia hercínica.

Los agentes erosivos el hielo, el agua y el vientohan esculpido desde entonces circos glaciares, morrenas, valles en artesa y abruptas crestas que testimonian antiguos glaciares pleistocenos. El cercano macizo de Peñalara, visible desde el mismo Cotos, es el paradigma de este legado: un templo pétreo donde aún se conservan lagunas glaciares de una belleza austera y serena.

El sustrato granítico confiere a los ríos su pureza cristalina, y a los senderos su carácter pétreo y sólido, contrastando con el verde oscuro de los pinares. El clima del Puerto de Cotos es frío y húmedo de montaña, propio del piso oromediterráneo superior. Los inviernos son largos, rigurosos y generosos en nevadas; las temperaturas medias invernales apenas superan los 0 °C, y no es raro que el puerto permanezca cubierto por la nieve entre diciembre y abril. En contraste, los veranos son breves, luminosos y de una frescura reparadora, con máximas que raramente superan los 20 °C. 

El viento es un actor constante: sopla desde el noroeste, limpia el aire y embriaga el ambiente con resina y humedad. Las nieblas ascendentes del valle del Lozoya envuelven a menudo el bosque, creando un ambiente misterioso. 

La humedad constante favorece una biodiversidad exuberante y la persistencia de musgos, líquenes y helechos incluso en los meses más secos. El senderista percibe que aquí el tiempo transcurre más despacio, como si la montaña respirase en ciclos de siglos.

Esta gran ruta circular, que supera los 20 km, nos sumerge en sus secretos naturales. Comienza, con un breve descenso por senda, desde el aparcamiento, hacia la Colada del Camino de las Vueltas. Este camino viene del Puerto de Cotos y prosigue su recorrido, hacia el área recreativa de los Robledos, donde se encuentra el monumento a los agentes forestales.

Desde el aparcamiento, hacia la senda descendente, que nos lleva al Camino de las Vueltas.

Descenso a la Colada del Camino de las Vueltas.

Descenso a la Colada del Camino de las Vueltas.

Camino de la Colada de las Vueltas, RV-1.

Tomamos el camino en dirección ascendente, al Puerto de Cotos, paralelos al río Lozoya. Pequeño y joven, el alma del bosque, que a su paso va labrando, pequeñas pozas y cascadas de transparencia inmaculada, pequeñas joyas escondidas por el bosque. El Pino Silvestre, reina en el paisaje, de gran porte y corteza anaranjada, donde progresan los matorrales rastreros, las retamas, enebros, cervunos, que resisten los climas extremos.

El rumor del agua suena, y una pequeña trocha entre el tapiz de la ribera del río, nos acerca a ver su cascada, la cascada de la Angostura (Lozoya), entre helechos, abedules y sauces.

Seguimos nuestra andadura por el camino, donde hay algunas balizas de las rutas verdes de la sierra de Guadarrama, una de ellas es la RV 1 (Amarilla), que es la ruta que viene de Puerto de Cotos, hasta el Paular y Rascafría, 21 km, ideales para disfrutar del bosque, del sonido del agua y aves, y del valle de la Angostura.

Llegamos a un cruce de caminos, donde abandonaremos la RV 1, para tomar la RV 9 (Azul, Camino del Pingarrón - Las Vueltas), otra ruta verde, que es por donde sigue el camino de las Vueltas.

Cascada de la Angostura.

Colada del Camino de las Vueltas.

Colada del Camino de las Vueltas, uno de sus grandes pinos silvestres.

Es recomendable, tener un mapa-brújula o un GPS, para internarse por los diferentes recorridos, que hay por el entorno natural de Cotos. Hay numerosas rutas balizadas, y caminos/pistas y sendas, no definidas. La ruta circular, que estamos llevando, abarca numerosas rutas y sendas.

Ascendemos, de manera pronunciada, por unas zetas, por la RV-9, tramo del Camino de las Vueltas, al puerto de cotos. El pino silvestre y los helechos, es la flora predominante del paisaje, mientras ascendemos. Por aquí, llegaremos a la carretera de Cotos-Rascafría, la cual atravesaremos, con cuidado, para seguir nuestro recorrido al Puerto.

El camino se vuelve llano, ideal para el esquí de fondo, donde atravesamos el arroyo del Toril y llegar a las cabañas, y descender al abarrotado aparcamiento del Puerto de Cotos.

Subimos hasta arriba del aparcamiento, donde está el cartel ilustrativo de las rutas de senderismo del Puerto de Cotos y del macizo de Peñalara, y donde giraremos, para continuar la ruta azul RV-9, para descender por senda al Refugio del Pingarrón y seguir con esta apasionante aventura, hacia el bosque sagrado, de pozas y cascadas.

Desvío a la RV-9, Camino de las Vueltas.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Cruzando la carretera Cotos-Rascafría.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas, La Pradera.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos.

Ascenso por la RV-9 Camino de las Vueltas al Puerto de Cotos, Las Cabañas.

Llegando al Puerto de Cotos.

En Cotos, cartel Interpretativo del Macizo de Peñalara y de las rutas de senderismo.

Una senda marcada, con las balizas del RV-9, que nos lleva a las praderas del Pingarrón,
 con vistas a las Guarramillas, y al cercano refugio.

Y nuestra primera parada, con las vistas increíbles, hacia el bosque de Cotos y al Valle de la Angostura. Después de deleitar nuestra vista, con las panorámicas de su entorno, seguimos descendiendo por una senda, más pronunciada al arroyo de las Guarramillas, donde se encuentra una de las joyas de cotos, La Poza de Sócrates.

Una poza, que nada tiene que ver con la filosofía griega, sino con la figura de Sócrates Quintana, nacido en Mieres (Asturias), siendo un apasionado de la pintura, gran atleta y alpinista y uno de los fundadores del Club Alpino Español.

Una hermosa Poza, de aguas cristalinas, allí donde el rumor de sus aguas parece dialogar con el silencio de sus montañas.

Atrás dejamos uno de sus secretos, para seguir descendiendo, paralelos al arroyo de Guarramillas, el cual cruzaremos, entre unas pequeñas rocas, para seguir la ruta a los Tejos milenarios.


Desde el aparcamiento, giramos hacia la senda, de la RV-9, que desciende al Refugio del Pingarrón.

Tramo RV-9 Refugio del Pingarrón.

Tramo RV-9 Refugio del Pingarrón, su roca simbólica.

Tramo RV-9 Refugio del Pingarrón.


Panorámica de la Pradera del Pingarrón.

Refugio del Pingarrón.

La senda que desciende a la Poza de Sócrates, desde el refugio del Pingarrón.

Tramo RV-9 Poza de Sócrates.


Tramo RV-9 Poza de Sócrates - No cruzaremos el puente -

Senda paralela al arroyo de las Guaramillas.

Descenso a la Poza de Sócrates.

Poza de Sócrates.

La Senda paralela al Arroyo de las Guaramillas.

La Senda paralela al Arroyo de las Guaramillas.

La Senda paralela al Arroyo de las Guaramillas.

Cruzando el Arroyo de las Guaramillas.

Pero es aquí, donde realizaremos una pequeña variante, abandonando brevemente la ruta, para descubrir otro de sus secretos, la Cascada de los Tejos.

Debo reconocer, que me ha sorprendido el paraje natural del entorno, a su cascada escondida, y poco conocida. Ascendemos por una senda pedregosa, para acercarnos a un tramo del arroyo de las Guarramillas bastante abrupto, entre cortados de rocas, donde algunos Tejos se encuentran escondidos entre sus roquedos. Atravesamos la Raja de los Tejos, un pequeño cortado estrecho, que se adentra a la cascada. Emocionante este recorrido, que nos enseña otra de sus joyas encondidas, como la cascada vertical y alta del Tejo. Hay que tener precaución, entre sus cortados, evitando asomarse demasiado a la cascada. En estos cursos de agua, se encuentran pozas, pequeños saltos y cascadas que constituyen un gran atractivo. Donde el desnivel es más acusado, y el agua circula por sustrato granítico con canales tallados en roca. El agua pura, en muchos casos helada en invierno, favorece la existencia de especies acuáticas sensibles (anfibios, insectos), lo que añade valor ecológico al entorno.

Ascenso a la Cascada de los Tejos.

Ascenso a la Cascada de los Tejos.

Ascenso a la Cascada de los Tejos.

Los Tejos Milenarios y Centenarios.

Comienzo de la Raja de los Tejos.

Por la Raja de los Tejos.

Cascada de los Tejos.

Retrocedemos y descendemos de nuevo, la senda da paso al camino, con rutas compartidas entre la RV-1 y RV-9 azules, y marcas del PR local. De vez en cuando el pinar nos ofrece algunas panorámicas al circo pétreo de Peñalara. La fauna de mamíferos es también destacada: alrededor de 58 especies de mamíferos han sido inventariadas en el parque. Entre ellas: corzos, jabalíes, tejones, zorros, gatos monteses, nutrias en los cursos de agua, etc. En los ríos y riberas se pueden observar también la Nutria europea (Lutra lutra) y otros pequeños mamíferos ribereños que aprovechan las aguas limpias y oxigenadas.

La variada avifauna, del entorno y del Parque Nacional de Guadarrama, abarca cerca de 148 especies, en diferentes habitad. Destacando, el buitre negro, el águila imperial ibérica, el milano real, el águila calzada, el mirlo acuático, la lavandera, el petirrojo, el herrerillo, el carbonero común, entre muchas especies, que surcan sus cielos y bosques, cuyo cantico, rompe el silencio de sus valles.

La RV-9, que nos ha acompañado un buen tramo de la ruta, la abandonamos, para seguir nuestro caminar con ascensos y descensos por pista forestal. Atravesamos varios arroyos, como el de Peña Mala, el del Hierro, el de la Majada del Espino, entre la inmensidad de sus pinares silvestres.

Hacemos otro desvío, para conocer otro de sus secretos hacia la Angostura, su laguna verde, la del Raso del Baile. Quizás el clima, la vegetación y el sustrato, propio de la laguna, haya favorecido la proliferación de microalgas y bacterias que contienen alto contenido en clorofila, dando su color verdoso.

Por la pista de la RV-9 Tramo de la Laguna del Raso del Baile.

Por la pista de la RV-9 Tramo de la Laguna del Raso del Baile.

Por la pista de la RV-9 Tramo de la Laguna del Raso del Baile.

Dejando la RV-9 atrás, Tramo de la Laguna del Raso del Baile.

Tramo de la Laguna del Raso del Baile.

Tramo de la Laguna del Raso del Baile, hacia Peñalara.

Tramo de la Laguna del Raso del Baile.

Abandonamos brevemente la pista, para descender por senda a la Laguna.

La Laguna del Raso del Baile.

Retrocedemos, para seguir nuestro descenso a los Tejos centenarios y milenarios, algunos de sus viejos árboles, forman uno de los conjuntos arbóreos más viejos de España (Junto a los Tejos milenarios del Parque Natural de la Sierra de Cazorla y las Villas en Jaén), y otro de sus secretos el Tejo del Barondillo o Valhondillo, el árbol más antiguo de la Comunidad de Madrid y de toda la sierra de Guadarrama, con una edad estimada entre los 1500-1800 años.

Los Tejos, arboles coníferos, venerados desde la antigüedad, por diversas culturas, su longevidad, se asocia con la vida y la muerte, para los celtas la inmortalidad, para los cristianos, la vida eterna y resurrección.

Dejamos la cómoda pista, para descender por senda brusca al arroyo de Vahondillo, y conocer sus árboles sagrados, los Tejos Milenarios de la Sierra de Guadarrama y de Cotos, sus Tejos. De gran porte y tamaño, entre un caos de rocas graníticas, que se nos muestran imponentes, por donde se respira esa magia ancestral que los rodea. Aquí nos quedaríamos comiendo, donde las aves, el rumor del agua y el viento, forman una melodía única, en su paraje abrupto.

Tramo de los Tejos Milenarios del arroyo de Valhondillo.

Tramo de los Tejos Milenarios del arroyo de Valhondillo.

Los Tejos Milenarios.

Los Tejos Milenarios.

Tejo del Barondillo.

Tejo del Barondillo.

Los Tejos Milenarios.

Retomamos, el descenso por su abrupta senda, hacia la pista forestal, que nos dejara en las cercanías del puente de la Angostura. Cruzaremos su río, el Lozoya para llegar al camino de las vueltas, por donde ascenderemos y regresaremos al aparcamiento, origen de esta hermosa y secreta ruta.

Descenso por senda a la pista forestal, del Puente de la Angostura.

Descenso por senda a la pista forestal, del Puente de la Angostura.

Descenso por senda a la pista forestal, del Puente de la Angostura.

Descenso por senda a la pista forestal, del Puente de la Angostura.

Descenso por senda a la pista forestal, del Puente de la Angostura.

Pista Forestal

Puente de la Angostura.

Por la pista a la Colada del Camino de las Vueltas.

Colada del Camino de las Vueltas.

Ascenso al aparcamiento.

Caminos y sendas, que nos hablan en poesía, que rompe el silencio, de su atmosfera limpia, de sus aguas cristalinas, de cascadas y pozas, de árboles milenarios, donde convergen, la geología y la vida, pese al rigor climático, llena de ternura vegetal.  Grandes paisajes, por donde se respira la serenidad de tiempos remotos y cuya alma se enriquece, de la vitalidad de su naturaleza exuberante.

 


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