domingo, 15 de junio de 2025

- La Azuda de la Montaña.

 


Track del recorrido.

Visualización del recorrido.

Localización.

En el articulo anterior, os comenté la ruta que transcurre por la senda ecológica del río Tajo en el Legamarejo y mi siguiente destino, me lleva cerca de esta ruta, en el parque de la Azuda.

Podría haber enlazado ambas rutas, aumentando la distancia. Sin embargo, no lo hice así, debido a que hay que cruzar carreteras, con mucha densidad de tráfico. Por lo cual cogí el vehículo, y lo aparqué en la Av. Amazonas Central, en las cercanías de la Finca de la montaña. Hay un aparcamiento al lado de la carretera, para comenzar el recorrido, en la parte superior del parque de la Azuda.

Un azud, es un desvío de un tramo de un río/arroyo, bien por presas u otros elementos, como un molino, para llevar el agua a los campos, cultivos, canales, acequias, batanes…

Un ejemplo de ello, se encuentra en la villa de Aranjuez, que abarca la historia de los azudes, a lo largo del parque de la Azuda.

A lo largo de la historia, diferentes culturas del mundo, idearon diferentes sistemas, para transportar el agua, para llevarla a los cultivos, a los pueblos, ciudades, a la industria, siendo una de las fuerzas motrices, mas importantes a lo largo de la historia humana.

En la península, hay ejemplos por toda su geografía, desde la época de los romanos, los árabes hasta nuestros días.

Uno de los ejemplos lo encontramos en este parque temático, que expone a lo largo del mismo, los elementos que se usaban, para llevar el agua. Con norias de distintos tamaños, en cuyos inicios fueron de madera y posteriormente sustituidas por norias de hierro.

Las amplias vegas y campos de cultivo de Aranjuez, se regaban y riegan, con las aguas del río Tajo y las del Jarama. A lo largo del canal del Caz del Embocador, se construyo una Noria de Madera, para elevar el agua del canal hacia un acueducto, que llevaba el agua a la Finca de la Montaña.

A mediados del siglo XVIII, la rueda la cambiaron por otra de hierro y estuvo en funcionamiento hasta 1.927. Al entrar en servicio el regadío por motor, este sistema quedo en desuso y abandonado. En el año 2.013 el Ayuntamiento de Aranjuez y el CH del Tajo, recuperaron este sistema y acondicionaron el parque, con caminos y sendas de amplia flora y vegetación, bancos, y elementos de diferentes sistemas de regadío, y carteles divulgativos.

Sin embargo, poco tiempo ha durado la alegría para sus vecinos y turistas, para disfrutar de este parque y de su historia. En pocos años, la maleza y la flora se ha ido apoderando del parque, los bancos para sentarse están ocultos por la naturaleza, las iluminarias rotas, el canal de agua medio abandonado y la noria sin funcionamiento. Hay una propuesta para recuperar el parque, una iniciativa que se pospone una y otra vez, sin terminar de arrancar.

Comienzo mi andadura, hacia el Parque de la Azuda.

Por senda, allí donde el agua formaba parte del paisaje.

Descenso al parque de la azuda.

La naturaleza poco a poco se apodera de sus sendas y azudes.

Un buen ejemplo de ello.

Tramo superior de la senda hacia el acueducto.

El acueducto de ladrillos, con sus 12 arcos de medio punto.

Canal inferior.

Su gran noria.

Una de las sendas del parque de la Azuda.

Donde el camino, se va borrando con el tiempo.

Tramo hacia la gran Noria.

Tramo hacia la gran Noria.


La gran Noria, que elevaba el agua hacia el acueducto.

Mi deseo, que vuelva a funcionar y que el parque se recuperé para tod@s.

Espero que, con el tiempo, se vuelva a recuperar este entorno natural, para el disfrute de lugareños y visitantes, para conocer la historia de los azudes y pasear por el parque de la Azuda.

Mi pequeña reflexión: Es fácil abandonar el pasado y no mirar nuestra historia, pero sin ambas no existiría el presente, son trocitos de tiempos lejanos, pero que está en nuestras manos, evitar que el tiempo lo borre. El abandono y la dejadez, devoran lentamente, pero sin pausa, un pasado y una historia, que formó parte en la vida de muchas personas. Esa Nada, que también reflejó Michael Ende, con la Historia Interminable, todo lo consume, sueños, esperanzas, nuestra historia, hasta no quedar…


viernes, 13 de junio de 2025

- Senda ecológica del río Tajo en el Legamarejo y la desembocadura del río Jarama con el Tajo.

 



Track del recorrido.

Panel Informativo de la ruta.

Cartel ilustrativo de la vegetación.

Me he acercado a la villa madrileña de Aranjuez. Un hermoso pueblo, de palacios y jardines increíbles, a la ribera del río Tajo.

He estado en numerosas ocasiones, descubriendo su historia, su gastronomía, sus secretos y sus rutas naturales. No solo por sus hermosos jardines, llenos de especies exóticas, de fuentes ornamentales, si no por la senda fluvial del río Tajo. También me acerque a conocer su mar, el mar de Ontígola, una laguna, habitad de numerosas especies, cuya senda te acerca a descubrirla hasta su mirador de aves. Rutas que podéis ver en los siguientes links.

- Rutas por Aranjuez y alrededores, tiempo atrás:

- Los Jardines de Aranjuez y el Mar de Ontígola.

- De Aranjuez al castillo de Oreja.

- Titulcia, la senda Bayona la senda Galiana, barrancos y la Mina Consuelo.

- Las Salinas de Carcaballana.

- La Vega y el Bosque de Morata de Tajuña.

Aun así, tenía pendiente dos lugares, con sus rutas. Una la senda de ecología del río Tajo en el Legamarejo y otra la ruta por la Azuda de la Montaña.

Pues al líooo, por la carretera M-305 que se dirige a la entrada de Aranjuez, tomo una rotonda, por la cual me desvío por la calle Pintor Rosales. Al final de la misma hay una explanada, llamada la Plaza de la Isleta, donde aparcar el vehículo y donde se encuentra el cartel interpretativo de la ruta.

Al lado del río Tajo y enfrente de los jardines reales del Palacio Real de Aranjuez. La senda, por la que discurre la ruta esta señalizada y a lo largo de la misma, hay varios paneles ilustrativos del medio natural.

Conocida como la Senda de Legamarejo, marcada en color verde, que, a lo largo de su recorrido circular de 5 km, descubrirás, la zona de recreo, de caza y de huertas de los antiguos reyes de España. También conocerás, su antiguo Hipódromo, inaugurado a principios del siglo XX.

La ruta que realizaré abarca completamente la senda de Legamarejo mas una variante, no balizada, para conocer el punto exacto donde el río Jarama desemboca con el río Tajo, un poco mas de 2 km en total.

Comienzo mi andadura, por una senda, conocida como el paseo Angostillo, que invita al relax, sin cuestas, muy llano, paralelo al río Tajo. Hay varios puntos habilitados para la pesca, y es fácil encontrarse con lugareños pescando en el río. Un río donde destacan peces como los barbos, carpas y lucios, numerosas aves acuáticas, entre ánades y ocas. Una hermosa ribera de olmos, álamos, fresno, eneas, carrizos, como sus plantas arbustivas y flores, cardos enormes, amapolas, margaritas, zarzamoras, radiantes ahora con la primavera.

Rica en avifauna, por la vega del río Tajo, por el soto de Legamarejo, destacando, aves como la perdiz, la paloma, especies de zorzales, la grajilla, gallineta, el gorrión, el cormorán, el Martín pescador, la tórtola, el mirlo común, jilgueros, herrerillos, golondrinas, estorninos, aguiluchos, milanos y un largo etc.

Y habitad, para los conejos, zorros, jabalís, a lo largo de un paraje ideal, para la fotografía de campo e ideal, para pasear tranquilamente, a lo largo de su ribera y del soto.

La ruta pasa por debajo de una línea ferroviaria y prosigue a lo largo de la ribera del río hasta un cruce, donde se desvía por el Paseo Lemus hacia el antiguo hipódromo de Legamarejo.

Plaza de la Isleta, aparcamiento.

Comienzo de la ruta.

El río Tajo.

Por el camino, paralelo al río.

En la vertiente contraria, a los jardines reales de Aranjuez.

Entre las ocas, que te sorprenden en el recorrido.

Las Ánades, a la orilla del río Tajo.

Por un camino, donde la primavera hace brillar a su flora.

Un relax para caminar y los sentidos.

Paso, de la vía férrea.

Un puesto de pesca, hacia el río Tajo.

Una pequeña área recreativa, con sus años y casi olvidada.

Una ruta que te acerca a sus campos y sotos.

Donde la naturaleza es su reina y protagonista.

Y que va cubriendo todo a su paso.

Cartel ilustrativo de la fauna del río Tajo.

Por la derecha, sigue la ruta, sin perdida alguna.

Aprovechando la sombra y la fresca, de su ribera.

Otro puesto de pesca.

Una mirada atrás del cruce, a la izquierda el paseo Lemus, mi ruta de retorno.

Dejo aun lado el Paseo Lemus, por donde sigue la senda oficial, para seguir por otra senda, entre matorral y vegetación muy tupida por momentos, hacia los campos de cultivo de el Raso, para acercarme a contemplar el lugar donde el río Jarama y el Tajo se abrazan.

Una desembocadura, ideal para las aves acuáticas y donde es fácil ver a los peces saltando por sus aguas.

La pequeña senda, que me acercará a la desembocadura del río Jarama con el río Tajo.

Una senda, que casi ni se distingue.

Saliendo a la orilla, de un campo de cultivo.

Hacia el camino, que me llevará a la unión del Jarama con el Tajo.

Río Jarama.

A la izquierda el río Tajo, por la derecha el río Jarama.

La unión de dos grandes ríos.

Retrocedo, hasta el cruce de caminos, para proseguir mi recorrido por el paseo Lemus, a lo largo de sus conocidos paseos arbolados, los hay de arboleda platanera de sombra (Hispánica), de chopos, arbolillos como la Fotinia, etc.

Un cartel a la vera del camino, me ilustra del pasado de sus campos, de la historia del Hipódromo de Legamarejo, inaugurado por el rey Alfonso XIII en 1.917, donde se celebraron varias carreras a lo largo de los 17 años que duró, al estallar la guerra de civil española.

Una vez terminada la guerra, el hipódromo quedo en el olvido, y sus tierras fueron repartidas y arrendadas a los agricultores.

Llegado a la plaza de Legamarejo, cruce de caminos, me desvío a la derecha por el paseo de Entrepuentes, que termina en la plaza de la Isleta, origen y final de la ruta.

De nuevo en el cruce, continuo por la ruta oficial, en el paseo arbolado de Lemus.

Llegando a su antiguo Hipódromo, el de Legamarejo.

Un poco de historia.

Por donde hay pequeños carteles, sobre la vegetación del entono.

Entre la sombra de su arbolado primaveral.

Plaza de Legamarejo.

Por el paseo de Entrepuentes, hacia la Plaza de la Isleta.

Paseo de Entrepuentes, otro paso de la vía férrea.

Paseo de Entrepuentes, que termina en la Plaza de la Isleta, origen y final de la ruta.

Una ruta ideal para todos/as, para conocer los antiguos sotos y huertas, la riqueza de la ribera del río Tajo, en un entorno natural, cargado de historia y de belleza primaveral.