- Barranco del Río San Juan.

 

Track del recorrido.

Track del Mirador y de la cueva.

Entorno donde se desarrolla la ruta.

Panel informativo del Castillo de Castilnovo.

Panel informativo del río y barranco de San Juan.

Quería acercarme, desde hacía tiempo, a recorrer este desconocido barranco. Entre otras cosas, por su escondido ecosistema natural, y menos frecuentado que las cercanas hoces del río Duratón. Ojo, con este barranco, que me ha parecido un recorrido de los más interesante. La ruta normal, por el interior del barranco suele tener entre 15 y 16 km, pero nosotros lo prolongamos más, para internarnos más en la extensión del barranco y acércanos a ver las ruinas de San Miguel de Neguera y el Palacio de los González de Sepúlveda. El primer acercamiento, mientras me dirijo hacia el pueblo segoviano de ALdealcorvo, por la carretera SG-205, desde Cerezo de Abajo y Villafranca, es una breve parada para conocer el Castillo de Castilnovo, a pies del río San Juan. Su construcción comenzó en el siglo X, con numerosas remodelaciones en el siglo XV, dándole su característico estilo gótico-mudéjar actual. 

Hacia el Castillo de Castilnovo.

Castillo de Castilnovo.

Desde ahí, me acerco al pueblo de Aldealcorvo, cuya carretera lo divide en dos. A la salida del pueblo, tomo la carretera que se dirige al cementerio del pueblo, origen de esta ruta. Allí, quedo con mis compis de ruta, listos para comenzar esta nueva aventura. Dejamos el cementerio atrás, por la amplia pista, que nos acerca a la carretera SG-232, en dirección Norte. La misma la cruzamos, para seguir por el camino que lleva al pueblo de Sebúlcor. Llegamos a un cruce de caminos, el de la derecha se introduce al barranco y el que sigue recto de manera ascendente, sigue su rumbo a Sebúlcor. Tomamos este camino, alejándonos del Barranco de momento, por el otro camino será nuestra ruta de regreso.  Este planteamiento, nos permite realizar una ruta circular, por los campos anexos al barranco. El camino bastante lineal, atraviesa la inmensidad de los campos, salpicados con algunas sabinas. Este camino lo abandonaremos, a la altura del arroyo del arenal, por el camino de Valdesimonte, que nos desciende al Barranco del río San Juan.

Ascendiendo por el camino de Sebúlcor, tenemos unas vistas hacia el Barranco del río San Juan.

Camino hacia Sebúlcor.

Camino de Valdesimonte, descendiendo al Barranco del río San Juan.

Llegamos a sus amplias choperas, entre las paredes pétreas del Barranco, con numerosas cuevas y solapas, del proceso Kárstico, por la erosión que la lluvia forma al disolver la roca. Frecuente, también son sus abrigadas y cuevas pastoriles, a lo largo del barranco, paralelos al rio San Juan. Un río, con varios vados en su recorrido, secos ahora, pero que asoma mas adelante, con varias fuentes, que manan de la tierra, dándole forma. Una vegetación de ribera, donde los chopos proliferan, entre algunos sauces, enebros y fresnos. Llegamos al Molino de San Juan, en su cercana fuente, donde hacemos una breve parada. El Molino cerrado, aún mantiene sus orígenes de una vida ajetreada, vamos a acércanos por el camino, que sale del molino, hacia el arroyo del arenal, y ver una cueva. La Cueva del Arenal, es una bóveda caliza formada por su arroyo, y tiene cerca de 37 vías de escalada, desde 6º a 8º grado, bastante exigente, por donde hay que apretar bien. 

Barranco del río San Juan.

Barranco del río San Juan.

Refugio de pastores.

Entre sus choperas...

Por donde el camino se adentra, entre la desnudez invernal que la naturaleza nos ofrece.

Y por donde el río San Juan nos sale al paso.

Molino de San juan.

Cueva del Arenal.

Retrocedemos, de nuevo al Molino, y seguimos aguas arriba, profundizando por el Barranco. Sobre el barranco divisamos el depósito del Alto de la presa del Barrio, y otro, pero más pequeño a pies del cañón nos llama la atención.  Una enorme y vertical escalera, asciende al alto del Barranco, la cual ascendemos, con una buena panorámica del cañón, aunque nada recomendable si tienes vértigo.

Entorno al deposito...

Escondido entre el bosque del barranco.

Ascendiendo por su escalera, entre la belleza natural que me rodea desde arriba.

Seguimos por el camino, paralelos al río San Juan, donde se abre el valle dejando el barranco atrás, para acércanos al despoblado de San Miguel de Neguera. Antiguamente hubo una necrópolis visigoda, entre sus ruinas, destaca la fachada del Palacio de los González de Sepúlveda. El entorno bastante ruinoso, se va fusionando con el medio natural, en donde en otros tiempos a pies del rio hubo otro molino. La lluvia hace acto de presencia, y nos cubrimos con ropa impermeable, entre la densidad de sus sabinas.

Barranco del Río San Juan.

Un manadero del río San Juan.

Que poco a poco va cogiendo más fuerza, y forma en su recorrido curiosos meandros.

Aprovechamiento pastoril de las cuevas y las formas curiosas, que la roca forma en el Barranco.

Por el camino del río San Juan, entre las sabinas.

Que termina en la carretera, que nos lleva a San Miguel de Neguera.

Y parada del camino de San Frutos.

Los buitres bailan por los cielos.

Ruinas del Palacio.

Desandamos la ruta de manera lineal, hacia Aldealcorvo, esta vez íntegramente por el barranco. Ascenderemos, hacia un arco pétreo y recorremos sus pequeñas cavidades, donde haremos nuestra parada para comer. Su avifauna es grandiosa en aves rupícolas, sus buitres leonados, gobiernan en los cielos, entre aves como los alimoches, halcones peregrinos, búhos reales, y los aviones roqueros y chovas piquirrojas. Cercano en nuestro recorrido están las ruinas del Molino de Marijabe, cubiertas por la maleza, un pequeño puente cruza el seco río, el puente de Peñarrubias. El barranco se disipa, llegando a los prados, la huerta del cojo, y al cruce que nos encontramos al inicio de la ruta. 

Retrocediendo de nuevo al Barranco.

Nos acercaremos a sus alturas, entre sus cuevas y abrigadas...

Que salpican las paredes del Barranco.

De ventanas naturales.

Y por donde la lluvia, ha cesado y el sol nos ilumina el recorrido.

Entre sus choperas...

Por un camino agradable de recorrer.

De bellas estampas naturales.

De momentos cargados de vegetación.

En nuestro recorrido a Aldealcorvo.

Cruzando el Puente de Peñarrubia.

Ya en los campos del pueblo.

Junto a la carretera, hay un camino y una pista evidente que asciende al mirador de Aldealcorvo, la cual ascendemos, para ver tener una amplia panorámica del municipio. Siguiendo el camino, entre sus sabinas, una pequeña senda desciende hacia un pequeño barranco, por donde unas escaleras talladas en la roca, nos acercan a ver la Cueva de Valdelimañas. Esta pequeña ruta de poco mas de 4 km, no esta balizada, aunque el ascenso al mirador, no presenta ninguna dificultad. 

Mirador de Aldealcorvo.

Una mirada al pueblo..

Una senda que nos acerca a su escondida cueva.

Entre peldaños de roca..

Que nos acerca a su cueva, Cueva de Valdelimañas.

Este hermoso recorrido por el Barranco de San Juan, es prácticamente llano y se realiza bastante bien, y es de fácil seguimiento por su interior. Hay tramos guiados para la practica del MTB, y la ruta poco transitada, esta cargada de rincones naturales y geológicos, muy agradables, que os recomiendo conocer.

Una parada obligatoria, para ver de cerca a las reinas de sus cielos, sus buitres.