jueves, 7 de octubre de 2021

- Camino natural a Lanuza

 


Track de el recorrido.

Info del medio..Fte: Valle de Tena.

Hoy no hemos madrugado, ante una meteorología que se prevé a lo largo del día muy mala, y así fue. Y hemos aprovechado, una corta ventana de buen tiempo, para salir a andar, por los alrededores de Sallent de Gallego y de Lanuza. Sallent de Gallego, es de esos pueblos, a los que me gusta acercarme y recorrer sus calles, para tomar algo. Nuestra idea inicial, para este día, era ascender al Midi d’Ossau, pero las previsiones en montaña siempre cambiantes, nos hizo desistir de intentarlo. Otras alternativas, que teníamos preparadas, iban desde ascender alguno de los 3.000 de la zona, Peña Foratata o Peña Telera. Al final descartamos todo, debido a las intensas lluvias que se iban a producir a lo largo del día. Por lo cual, nos dimos un relajante paseo desde Sallent de Gallego hasta Lanuza y regresar, cruzando el embalse, y seguir por la senda a Sallent. Es indiferente el sentido, nosotros seguimos por la carretera que une el pueblo con Lanuza, de grandes panorámicas, como el mirador de San Mames. Un gran valle pirenaico, del Alto Gallego, fronterizo con el valle francés de Ossau. El Valle de Tena, posee una rica y abundante vegetación y variada fauna. De clima fresco y húmedo, de escarpados circos, de ibones glaciares y profundos valles, por su interior. La inmensidad de su bosque de pinares, de hayas, destacando el bosque del Betato, de sus fresnos de montaña, abedules, tejos, coníferas, sauces, enebros, saucos, abetos… entre la frondosidad de su flora. Líquenes, musgos, sus plantas pirenaicas como la flor de lis, la oreja del oso, la azucena del pirineo, las orquídeas de Sallent de Gallego, etc. El cielo, dominado por sus aves rapaces y rupícolas, desde varias especies de águilas, como la culebrera, el quebrantahuesos, cernícalos, alimoches, búhos, en cuyas tierras vagan algunos sarrios, zorros, urogallos, ardillas, marmotas, garduñas…a la sombra de una de las tres especies peninsulares de víboras, como la víbora áspid. Estas fechas, donde da comienzo el otoño, muestra un paisaje un poco caótico, por los alrededores, como su embalse casi vacío, demasiado este año, que yo recuerde. Un paraíso, cuando esta lleno y con panorámicas envidiables del valle. Este reencuentro con mis compis, desde hacía casi dos años, cuando nos reunimos en Becerril de la Sierra y rememorando nuestras historias por la India. Nos vamos contando infinidad de anécdotas, de recuerdos personales por este valle, de su festival musical, de las montañas que nos rodean y casi sin enterarnos, llegamos a Lanuza. A la vista tenemos el escenario del Festival Internacional de las Culturas, Pirineos Sur. Que año tras año, durante la mitad del mes de julio y con dos semanas de duración, multitud de personas venidas de muchos lugares del mundo, se dan cita, aquí, ante la diversidad de espectáculos culturales y musicales, con artistas y grupos a todos los niveles. Puedes disfrutar de sus mercados artesanales, de la experiencia musical de diferentes estilos en plena naturaleza, desde el reggae, jazz, ritmos africanos, hip hop, salsa, etc. Actualmente con la pandemia del Covid-19, el evento esta suspendido, no tardará mucho en resurgir, con más fuerza, que nunca. Atrás dejamos el hermoso pueblo de Lanuza, con su arquitectura de piedra y pizarra, como muchos de los pueblos pirenaicos, descendemos hacia su embalse, el cual cruzamos, con una de las panorámicas, mas hermosas del Valle de Tena. 

Sallent de Gallego.

Uno de los miradores, hacia Lanuza.

Embalse de Lanuza.

Por la Carretera.

De escaso trafico, hacia el pueblo de Lanuza.

Lanuza y el escenario de Pirineos Sur.

Descendiendo hacia el embalse de Lanuza.

Vistas desde la presa, de Lanuza y la imponente Peña Foratata.

Al fondo destaca la imponente Peña Foratata, a la cual algún día me acercare a ascenderla. Nuestro retornar, nos lleva por su senda, guiada a Sallent de gallego, sumergidos por su hermosa flora. Una breve parada, retratándonos en el mirador de Lanuza, donde el cielo, hasta ahora nuboso, se va cerrando más y más. Llegados a Sallent, recorremos sus calles, y en un momento dado, nos pareció buena idea, acercarnos a la cascada de El Salto, a 2,5 km, remontado el río de aguas limpias. Al poco de empezar, tuvimos que dar la vuelta, una gran tormenta se nos vino encima, de esas que llueve como si no hubiera un mañana.  Cogemos los vehículos y nos acercamos al valle de Ossau, para ver el Midi. De momento no tiene mala pinta, para ascenderlo el Domingo.

Por el camino natural de Lanuza, regresando a Sallent de Gallego.

Por su pequeña y marcada senda.

Que se sumerge entre la tupida vegetación.

Lanuza, desde su mirador.

Entre su frondoso bosque.

Un claro, nos muestra un paisaje desolador del embalse.

Hacia Sallent de Gallego.

Llegando a Sallent.

Recorriendo el pueblo.

Su curioso rocódromo.

Dándonos una vuelta en dirección a El Salto.

Una mirada general de Sallent de Gallego.

De regreso a Biescas, donde comimos, las intensas lluvias, no daban respiro, y ya ha ultima hora de la tarde, nos dejó ver el día, para salir por el pueblo. No teníamos muy claro, lo que nos íbamos a encontrar el Domingo, en el ascenso al Midi d’Ossau, pero lo dejo para el siguiente artículo.

 


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