martes, 19 de enero de 2021

- Las Rozas, la Dehesa de Navalcarbon y el Puente de Retamar

Ruta de las Dehesas de Navalcarbon.

 

Ruta del Embalse y el Puente de Retamar.


Ruta de los Fortines.


Explorando los ecosistemas naturales de la comunidad de Madrid. Me he dirigido al municipio de las Rozas, para conocer su dehesa y otro de los tramos del parque regional del curso medio del Guadarrama.

Voy a comenzar por su dehesa, la Dehesa de Navalcarbón, que esta al lado del polideportivo municipal, por donde dejar el vehículo fácilmente. Esta dehesa, era un amplio monte de encinas, cuya madera tiempo atrás, se usaba en la producción de carbón vegetal. Con el fin de recuperar el degradado monte, en los años 30 del siglo XX, comenzó su repoblación y rehabilitación natural, con varias especies arbóreas, así como un río artificial, del antiguo cauce del canal del Guadarrama. En el siglo XVIII, se comenzaron las obras del canal del Guadarrama, con la intención de unir el río Manzanares y el de Guadarrama, y crear un canal de transporte fluvial, hacia el río Tajo. Pero la presa superior, conocida con el nombre del Gasco (Hice tiempo atrás una ruta por sus inmediaciones), se agrieto y el proyecto se abandonó. Esta dehesa, repoblada de pinares y encinares, invita al paseo y al relax, entre sus sendas y praderas. Cuenta con un circuito de caminos, para correr, señalizado con el nombre de “No pienses Corre” del atleta Chema Martínez. Esta ruta, la he dividido en dos zonas diferenciadas, una parte es el recorrido fluvial por el río, con numerosos puentes, caminos, saltos de agua que recorren la dehesa. La misma esta dividida por una carretera, la cual cruzo en la travesía de Navalcarbon. Un cartel ilustrativo te invita a recorrer, la otra zona, con la ruta de los fortines (Indicada), un trayecto con numerosas fortificaciones de restos de la guerra civil, con numerosos carteles, de su antiguo pasado.

Comienzo de la ruta.

Inmediaciones del polideportivo.

Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.

Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.


Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.


Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.


Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.


Camino del circuito de correr.

Una buena parte de la ruta, transcurre paralelo al río.

Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.


Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.


Trampa cebo para los Escolítidos, Barrerillos de la madera.

Esculturas de roca, con unos embudos que recogen el agua, conocidas como las Campanas del Cromlech. Cuando recogen el agua de las lluvias, las golpeas y producen diferentes sonidos.

Primera parte, de la senda fluvial de la dehesa de Navalcarbon.


Atravesando la carretera, que divide en dos la dehesa.

Ruta de los Fortines.

Ruta de los Fortines.

Ruta de los Fortines.

Ruta de los Fortines.

Torre forestal.

Ruta de los Fortines.

Dejando atrás la dehesa, retorno al vehículo, para dirigirme al otro extremo del municipio, en el área recreativa Virgen del Retamar. Pertenece al parque regional del curso medio del Guadarrama, un amplio parque por el cual ya he realizado algunas rutas, por otras localidades. Comprende 5 ecosistemas principales, de encinares, sotos y riberas, matorrales y pastizales, pinares y cultivos de secano. A pesar de la presión urbanística, alberga numerosas especies autóctonas, cargado de gran valor ecológico y grandes paisajes. Dejando el vehículo en el área recreativa, se puede seguir una amplia ruta, desde su puente el de Retamar, siguiendo el curso de aguas del río Guadarrama. Antes de dirigirme al Puente, tomo un camino, en dirección Norte, cercano al área hacia el embalse del Molino de la Hoz. No es una ruta indicada, y una parte de la misma transcurre por senda, por tramos degradados y poco cuidados hasta el embalse. 

Área recreativa virgen del Retamar.

Hacia el río primero..

Un camino y luego senda, que bordea alguna finca privada.

Un pequeño puente, que salva un arroyo.

Embalse del Molino de la Hoz.

Retornando de nuevo hacia el área recreativa, se sigue por el amplio camino paralelo al río, dejando atrás el Puente de Retamar, el mayor atractivo de la zona. Un amplio puente del siglo XVIII, labrado en sillares de granito. Con ello, se permitía el paso de carruajes, para el Real camino de Castilla y Galicia. En las inmediaciones del puente, estuvo la antigua aldea de Santa María de Retamar, fundada por los repobladores madrileños en el siglo XII y abandonada dos siglos más tarde.

Río Guadarrama.

Puente de Retamar.

Siguiendo el curso del río.

Según se prosigue por el camino, aguas abajo, hay varios carteles, bastante desgastados, con la información de la flora, geología y fauna del medio. Otro hermoso lugar por conocer de nuestra comunidad de Madrid.


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