viernes, 9 de junio de 2023

- Somaén, la Hoz del río Jalón, la Cascada de la Chorronera y el Barranco de los Avénales.

 

Track del recorrido.

GR-86, Sendero Ibérico Soriano.

Ruta de las Cascada de la Chorronera.

Nos encontramos por tierras sorianas, para conocer y de paso descubrir, el entorno natural del río Jalón y del río Blanco. Una tierra de frontera entre Aragón y castilla y león, por donde paso el Cid y sus caballeros. Dejaremos el vehículo en el pueblo de Somaén, encajonado en la propia hoz del río jalón, en la antigua carretera N-II. Su pasado nos lleva a la edad de bronce, con el yacimiento de la Cueva de la Mora. Posteriormente tuvo un pasado árabe y durante la edad media se construyo el castillo, por el primer conde de Medinaceli. Hoy día es un hotel rural, de gran atractivo visual y artístico, con una panorámica envidiable del pueblo y de la hoz.

Hay diferentes alternativas, para realizar actividades por su serranía, tanto de rutas de BTT, señalizadas por el centro de BTT de Arcos de Jalón, como de senderismo, recorriendo el GR-86, sendero de gran recorrido ibérico soriano.

La ruta que llevaremos a cabo, recorre tramos del GR-86, entre la hoz del río Jalón y el barranco de los Avénales y la ruta señalizada, de la cascada de la Chorronera de Velilla de Medinaceli. Todo esto lo vamos a meter en un vaso, para mezclarlo y tomarnos una refrescante ruta natural, recorriendo sus parajes mas destacables de manera circular y embriagarnos, de sus rincones y hermoso ecosistema.

Desde Somaén, comenzamos nuestra andadura, paralelos a la carretera N-II, la vía férrea y remontando las aguas del río Jalón por el interior de su Hoz.

El escaso trafico de la carretera, nos descubre el habitad fluvial del río y su vegetación de ribera entre sus chopos, sauces, retamas, tomillo y las paredes verticales, de varias tonalidades, esa mezcolanza de colores, que atrae visualmente, de arenisca, conglomerados y caliza, de fauna y flora rupícola.

Un pequeño puente de piedra nos sale al paso, el cual cruzaremos, para acércanos a una antigua factoría abandonada y ver la Cueva Grajera. Una gran oquedad, entre las paredes verticales de arenisca roja y conglomerados de la Hoz del río Jalón. Esta cueva, antiguo asentamiento, y de corralas para el ganado, en la actualidad, tiene algunas vías de escala, de octavo grado entre su desplome y agarre en roca caliza de gran dificultad.

Retrocedemos y proseguimos por la carretera, donde le río Jalón, nos brinda una pequeña chorrera, entre su vegetación fluvial y cuyas aguas surcan las truchas, cangrejos y algún castor escurridizo. Un desvío, nos sale al margen izquierdo de la carretera, para atravesar un pasadizo, donde el río Blanco desemboca con el río Jalón.

Un camino que lleva la dirección a Velilla de Medinaceli y a Arcos de Jalón. En sus inmediaciones hay una pequeña central eléctrica, destacando una tubería que baja de la loma, del agua embalsada en un pequeño dique.

Saliendo del pueblo de Somaén.

Recorriendo la Hoz del río Jalón, por la antigua N-II.

Cruzando un pequeño puente, nos acerca a la Cueva Grajera.

Cueva Grajera.

Recorrido de la Hoz del río Jalón.



Recorrido de la Hoz del río Jalón.

Chorrera del río Jalón.



Río Jalón.

                                                             Ruta hacia Velilla de Medinaceli.


El camino se dirige directamente al pueblo de Velilla de Medinaceli a 5 km de distancia, ruta que nosotros no seguiremos. La razón principal, es conocer unas antiguas minas de hierro, que hay por su serranía, en las Majadillas. Cruzamos el río Blanco, por un pequeño puente, acercándonos a la central, una pequeña trocha asciende a lo alto de la loma, cruzando su tubería de agua o se puede seguir por el camino y luego senda, bordeando un cerro y ascender al camino forestal, hacia sus antiguas minas.

Desde lo alto de la loma, nos sale un corzo entre la vegetación mediterránea, con una buena panorámica de la Hoz del río Jalón. Bordeamos una pequeña balsa de la central, para proseguir por una pista forestal, entre su bosque de encinas.

A 1 km, mas o menos, llegamos a las ruinas, que albergaron las estructuras de las minas de hierro. El mineral se extraía y era transportado a la estación de Jubera, para llevarlo a los altos hornos vascos. Un paisaje fascinante, te sale al paso, al descubrir su pasado minero, entre numerosos túneles, que se entremezcla en colores rojizo-amarillento y el verdor natural. Algunos alisos, pueblan el paisaje, y nos adentraremos, por algunos de sus túneles, mas bien oquedades, de escasa profundidad.

Ascenso hacia la central eléctrica.

Y subiendo a lo alto de la loma, para tener una gran panorámica de la Hoz del río Jalón.

Llegando arriba.

La balsa de agua.

La Hoz del río Jalón, con la vista de un tren de mercancías.

Pista forestal, hacia las antiguas minas de hierro.

Pista forestal, hacia las antiguas minas de hierro.


Las Minas de Hierro.

Las Minas de Hierro.

Las Minas de Hierro.

Atrás dejamos las minas, y proseguimos por la pista forestal, que desciende a la vega del río Blanco. El camino, sigue paralelo a los campos de cultivo, por donde te puedes encontrar con algún que otro corzo. La pista termina en una pequeña carretera, que nos acerca al pueblo de Velilla de Medinaceli. Un pueblo, con restos de la edad del hierro, y por donde hay también, en las inmediaciones del barranco una antigua necrópolis de tumbas antropomórficas. Conoceremos su lavadero público, su iglesia renacentista y algunas de sus casas rurales, con originales decoraciones. Aquí da comienzo la ruta a la cascada de la Chorronera, balizada y que se realiza de manera circular. 

Siguiendo la pista forestal, hacia el pueblo de Velilla de Medinaceli.

Ya por el camino, hacia el pueblo de Velilla de Medinaceli.

Y por el tramo de asfalto, hacia el pueblo de Velilla de Medinaceli.

Una pequeña parada.

Una mirada hacia su antiguo palomar.

Velilla de Medinaceli.

Velilla de Medinaceli.

Velilla de Medinaceli.

Velilla de Medinaceli, lavadero.

Velilla de Medinaceli.

Velilla de Medinaceli.

Atrás dejamos el pueblo, por el camino que lleva al pueblo abandonado de los Avénales, desviándonos antes a ver la cascada de la Chorronera, por su ruta guiada. En el mismo cruce, hay varios paneles ilustrativos, sobre la historia del lugar, destacando la muerte del caudillo árabe Almanzor en las cercanías de Peñarrubia. Después de varias expediciones y saqueos, Almanzor después de la batalla de Calatañazor (Soria), enfermo siendo transportado en literas y falleciendo en las inmediaciones de Velilla de Medinaceli, en este paraje natural.

Seguimos el camino y las indicaciones que nos acercan a ver la Cascada. Una hermosa cascada, de casi 20 metros de caída, entre álamos y chopos, de gran valor natural. Desciende su cortado natural, de las aguas del río Blanco, entre el musgo y helechos y rocas sedentarias de depósitos de carbonato calcio (Travertino). Un rio Blanco que siempre lleva agua, gracias a sus manantiales y a las aguas subterráneas, que aportan el agua, a su cauce. El entorno natural, es un pequeño paraíso refrescante, ideal, para relajarse, entre su buena sombra y las paredes del barranco. Un pequeño jardín botánico, de plantas trepadoras, de frutales como el cerezo silvestre, nogales, endrinos, las plantas de sus roquedos. Los sonidos de sus aves, desde el carbonero común, el herrerillo, la curruca, el pinzón.

Ruta a la cascada de la Chorronera.

Ruta a la cascada de la Chorronera, al fondo Peñarrubia.

Ruta a la cascada de la Chorronera.

Ruta a la cascada de la Chorronera.

Cascada de la Chorronera.

Cascada de la Chorronera.

Cascada de la Chorronera.

Cascada de la Chorronera.

Ruta de la Cascada de la Chorronera.

Ruta de la Cascada de la Chorronera.

Ruta de la Cascada de la Chorronera.

Retrocedemos nuevamente hasta el cruce, del camino al pueblo de los Avénales. El pueblo abandonado de los Avénales (hace ya casi 50 años que su ultimo habitante lo abandono), hay alguna casa reconstruida, de ganaderos y agricultores, entre las ruinas de su antigua iglesia y algunas de las casas derruidas. Un pueblo, que nunca tuvo electricidad y ni agua corriente, agua cuyas gentes cogían de los arroyos y manantiales cercanos. Seguimos las indicaciones del GR-86 (Blancas-Rojas), hacia el Barranco de los Avénales.

Camino al pueblo de los Avénales.

Camino al pueblo de los Avénales.

Camino al pueblo de los Avénales.

Pueblo abandonado de los Avénales.

Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.


Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.

Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.

Un cañón calizo, esculpido por el arroyo del Salobral de Avénales, con su tono rojizo entre el tapiz natural de su bosque de encinas y la vegetación de ribera del arroyo. Una pequeña senda, que se sumerge en la tupida vegetación, que se hace más ancha según se abre el valle, descubriéndote las paredes de caliza rojiza del barranco. Termina en las vías del tren, donde hay un paso ferroviario, que al llegar se activó por el paso del tren, una casualidad. 

Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.

Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.

Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.

Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.

Senda del Barranco de los Avénales, por el GR-86.

Cruzando las vías, un camino desciende al pueblo de Somaén, el cual recorreremos sus estrechas calles.

Dejando atrás las vías del tren, se desciende por camino a Somaén.

Somaén.

Somaén

Somaén

Somaén

Una buena ruta, con muchos rincones para descubrir, de gran valor paisajístico y geológico.

- Video de la ruta.

 Para finalizar, nos acercamos a tomar algo al pueblo de Arcos de Jalón y conocer su pasado ferroviario.

Rotonda ferroviaria, para girar las Máquinas del tren. Arcos de Jalón.

Una de las más grandes máquinas de vapor, la Mikado.

Usada en España, hasta la entrada de los años 60 del siglo XX, fabricada en EE.UU.



 






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