domingo, 22 de marzo de 2020

- Peña Halcón y Rio de las Palizas

Track de la ruta.
Hacía poco más de un año, que no habíamos vuelto por el municipio abulense de Hoyo de Pinares. Para esta ocasión, vamos a recorrer una serie de rutas singulares, diferentes entre sí, y que hemos unido de manera circular. Son 4 rutas, enumeradas y guiadas en su recorrido con postes indicativos.

La ruta Azul X, Ruta del Castrejón y Peña Halcón. La ruta Amarilla VII, o de las Viñas. La ruta Roja VI, o de la Cuesta Mala y finalmente la ruta VIII de color gris, conocida como la del Cuervo.

Cada una de las cuales, las hacen diferentes unas de otras. Comenzamos, dejando el vehículo en las cercanías del puente de carretera, que cruza el rio de las palizas, entre Valdemaqueda y Hoyo de Pinares. Y la primera de nuestras rutas, a recorrer, comienza con la ruta Azul, la del Castrejón y peña Halcón. Esta ruta viene desde el pueblo de Hoyo de Pinares, con un recorrido total, cercano a los 14 km. Una ruta que se adentra por la inmensidad de sus pinares, visitando uno de sus pinos mas ilustres conocido como el Pino Castrejón, un pino con casi 3 siglos y de enorme envergadura. La ruta no la realizamos entera, vamos uniendo tramos de las 4 rutas, por sus entornos más destacables. Desde donde dejamos el vehículo, proseguimos paralelos al rio de las palizas o rio Sotillo, siguiendo el curso de sus aguas. El entorno, por el que transita el camino, se enmaraña por momentos, pinares caídos y restos de un incendio del pasado año, que tuvo en jaque a los pueblos ribereños, y nos obliga a salir de su traza, en varias ocasiones. Seguimos el camino, que nos lleva a la Hoya de la Zarza, para posteriormente descender a una finca privada. Cruzamos el pequeño cauce de un arroyo, y seguimos la pista forestal, hacia el rio Palizas. Esta pista desemboca en un amplio camino, transitado a veces por ciclistas y vehículos, de las fincas colindantes, y comparte la ruta azul y amarilla. Esta ruta comienza en el Pilón del Matadero, y a diferencia de la ruta Azul de Peña Halcón, esta se caracteriza, por un medio natural de olivares, encinares y tierras de cultivo. A la vista se tiene una panorámica de la estación de seguimiento de Cebreros, mientras ascendemos por el camino que lleva a la Peña. El ascenso bien señalizado, nos lleva entre las paredes pétreas de granito de la Peña Halcón.
Aparcamiento, al lado del río Palizas.
El camino, transita paralelo al río por la cual hay varias formaciones rocosas, a modo de miradores.
Por donde el mismo se interna entre la masa forestal de sus pinares.
Una masa más despoblada, por el incendio del pasado año.
De formaciones curiosas, a cual película de terror.
Hacia una finca, en las inmediaciones de la Hoya de la Zarza.
La ruta Azul.
Descendiendo por la Hoya de Martisastre, paralelos al río, llegamos al puente del camino del Fresnazo.
Un camino que comparte la ruta de las Viñas, y el cual abandonamos para proseguir por la ruta del Castrejón y Peña Halcón.
A este camino, también se le une la ruta de la Cuesta Mala.
El camino de la Cuesta Mala, desciende y proseguimos rumbo, por la ruta azul, hacia la Peña Halcón.
El entorno, transita por senda marcada, a pies de la Peña.
Hay una pequeña senda que asciende a su cima, que parte del camino, este desvío estuvo señalizado, pero el mismo ha desparecido y hay que fijarse bien, en las trazas del sendero que sortea, las rocas y paredes de la Peña. El tramo final, está equipado con un cable a modo de pasamanos y unas clavijas de hierro, para ir progresando sin dificultad, entre las rocas y llegar a la cima de la Peña Halcón. Seguramente la mejor panorámica, que hay por los alrededores, donde la mirada se pierde en el infinito, del paisaje que nos circunda. En la cresta cimera, se pueden observar las aves rapaces y rupícolas, y bajo nuestros pies observamos dos buitres posados, entre los riscos de la Peña Halcón. Un lugar ideal, para tomarse algo y refrescarse con el aire puro, que nos embriaga. Unas buenas vistas del sistema central y de la serranía de Gredos, El Pico Casillas, el Cabeza la Parra, el Escusa, el Lanchamala, hasta la sierra de la Paramera, los riscos del Zapatero. Cimas, que antaño, culminamos en varias ocasiones, nos atrae de nuevo ascender el Lanchamala, el tiempo dirá. Dejamos la cima atrás, y continuamos por el camino principal.
Tramo de las Clavijas.
Tramo de las Clavijas.
Vistas desde la cima de Peña Halcón.
Un enorme risco rocoso.
A cuyos pies, se distinguen algún que otro buitre.
El mismo, según vamos bajando, lo abandonamos, para proseguir por la ruta de la cuesta mala, hacia los Prados. Una ruta, que nos va a llevar a ver, la mesa de los sacrificios, de las tribus celtas vetonas, que, en la edad del hierro, se asentaban por la zona. Un altar, rocoso, apoyado sobre tres pequeñas rocas, lugar de culto para los vetones.
Seguimos el camino principal.
Por la ruta Azul.
El mismo lo abandonamos, y enlazamos con la ruta roja, de la Cuesta Mala.
Una ruta, que nos va a acercar a la Mesa de los Sacrificios.
Una pequeña senda, por el antiguo territorio Vetón.
Y lugar sagrado.
La Mesa de los Sacrificios, de los Vetones.
Dejamos atrás la Mesa, y descendemos por camino, sin señalizar, hacia las Posadas.
Dejando la misma atrás, seguimos por camino hacia las Posadas, en las cercanías del rio Palizas. Cruzamos la carretera principal, y comenzamos por camino, remontando el río. Un entorno de pinares y de vegetación de ribera, siguiendo las aguas del río, donde nos quedaríamos comiendo, en una de sus cercanas pozas. Pequeñas cascadas, siguiendo paralelos al río, nos salen al paso y proseguimos por un camino, entre la frondosidad de sus pinares hacia, la Umbría del Homo Viejo, donde un puente nos cruza al otro lado del río., un camino cuya ruta se la conoce como la del Cuervo, que nos deja de nuevo en la carretera, por la vertiente contraria al río.
Empezamos por una senda paralela al rio Palizas, entre las cercanas fincas.
De pequeños saltos.
Y de estrechas gargantas.
De pinares centenarios.
En donde la senda, en el paraje de las Palizas, se une al camino, que nos deja en la Umbría del homo Viejo.
Cruzando el rio, por su viejo puente.
Un medio cargado de vegetación.
Una vieja presa, ahora olvidada, se ve desbordada por el río.
El camino del Cuervo, se sumerge entre la inmensidad de la masa forestal.
Al margen del camino, surge un pequeño refugio forestal.
Una ruta, que nos descenderá nuevamente a la carretera, por la vertiente contraria al río.
Una buena mañana, sumergidos en la naturaleza, de sus bosques inmensos de pinares, por los cuales perderse y disfrutar de su gran entorno natural.