sábado, 29 de febrero de 2020

Las Lagunas de Velilla de San Antonio


Track de la ruta.
Otro recorrido, igualmente interesante, del parque regional del sureste, son las lagunas de Velilla de San Antonio. La ruta comienza, al final de la calle del Manzanares, del municipio de Velilla, donde dejar el vehículo aparcado fácilmente. Y se comienza, por camino, bordeando la primera de las 4 lagunas, que visitaré.

 Primero, se bordea la primera de sus lagunas, la del “Raso”, donde el camino transita paralelo a la laguna y al rio Jarama. Una mañana, fría y con bastante viento, cargada de nubosidad, de esos días poco apacibles, para salir, ¿no? Bueno, para caminar y rutear, no se esta nada mal. El camino, deja atrás la laguna, y sigue a la siguiente, conocida con el nombre del “Picón de los Conejos”, la más grande de todas. A diferencia de las lagunas de Rivas, la ruta se interna por una densa masa forestal de ribera, del río Jarama, según se va remontando el rio. La formación de las lagunas, al igual que las de Rivas, fueron surgiendo por la actividad humana, de las graveras que antaño extraían los áridos, del terreno y cantiles cercanos. Con el tiempo, estas lagunas artificiales, formaron un ecosistema de gran interés para las aves. Por las mismas, se pueden observar desde los Patos europeos, Somormujo, el Zampullín chico, Lavanderas, Garzas, Cigüeñas, el Ánade real, etc. Disfrutando de sus aguas y del rio Jarama.
Inicio de la ruta, parque natural del Raso.
Laguna del Raso.
Laguna del Raso.
Comienzo del camino que la bordea, con información de la arboleda de ribera.
Ruta de las Lagunas de Velilla de San Antonio.
Vistas hacia el río Jarama.
Río Jarama.
Laguna del Picón de los Conejos.
Río Jarama.
El camino, sigue paralelo al río, con su característico bosque de ribera, desde los Chopos, Álamos, Majuelos, Olmos, Sauces, así como Rosales Silvestres, Carrizos, Juncos creando un hábitat ideal, para las variadas especies que pueblan el ecosistema. Un rio cargado de vida, de Barbos, Percas y Carpas, y de densa vegetación. Dejando atrás la segunda laguna, el camino me lleva a observa la tercera de ellas, la del “Soto”.

En el recorrido, es habitual encontrarse con grupos de ciclistas, que recorren el parque regional del Sureste, y mi rumbo me lleva hasta la Ermita del Cristo de Rivas, donde las fincas de cultivo se pierden en la mirada. A partir de aquí, retrocedo hasta la Laguna del Picón de los conejos, y la voy a bordear, por otro camino, el camino del Corsini. Esta ruta, bordea la laguna y se introduce por el medio de la misma, un tramo único, donde la gran laguna esta dividida en dos, uniéndose al camino principal que viene del pueblo.
Río Jarama.
Por un camino, que se sumerge entre la arboleda.
Laguna de el Soto.
Hacia el río Jarama.
Dejando atrás el camino, ahora senda, prosigo paralelo al río Jarama.
De grandes fincas.
Una parada en el camino...
Hacia la ermita...
Ermita del Cristo de Rivas.
De regreso, sigo el camino de la izq.. El Camino de Corsini.
Dejando atrás el camino de Corsini, se sigue por otro camino que se interna hacia la Laguna del Picón de los Conejos.
Laguna del Picón de los Conejos.
Laguna del Picón de los Conejos.
De nuevo, el río Jarama.
Zona industrial de Velilla, hacia las Lagunas de Miralrío.
Llegado a Velilla de San Antonio, sigo el curso del río Jarama, dejando a un lado las depuradoras del municipio, y seguir el antiguo trazado ferroviario del tren de la azucarera, para descender e introducirme a contemplar la cuarta de las lagunas “La Laguna de Miralrío”.

Un extenso humedal, a orillas del Jarama, donde aun se conservan algunos restos de su pasado industrial, de la actividad gravera.
Ruta de las Lagunas de Miralrío.
Panel informativo.
Formación de las lagunas y su fauna y flora.
Diferentes formas de recorrer las lagunas, desde arriba o por abajo.
Por arriba, restos del apeadero, del tren de la Azucarera.
Por abajo, restos de sus graveras.
Lagunas de Miralrío.
Lagunas de Miralrío.
El camino prosigue hacia Rivas, uniendo la ruta que lleve el anterior fin de semana, por sus lagunas. Después de recorrer, la laguna de Miralrío, retorno de nuevo a Velilla de San Antonio, dando por finalizada una curiosa ruta, que me esta llevando a conocer, las lagunas del Parque regional del Sureste.

viernes, 28 de febrero de 2020

- Las Lagunas de Rivas



Track de la ruta.
Panel ilustrativo del recorrido de la Laguna del Soto de las Juntas.
Una buena ruta, cercana a la capital, son las lagunas de Rivas. Sigo recorriendo el Parque regional del Sureste, y esta ruta circular abarca dos, de sus lagunas más visitadas. Justo al lado de Rivas-Vaciamadrid, en la salida 19, de la A-3, se encuentra la primera de las lagunas, conocida como la laguna del Soto de las Juntas. Hay un amplio aparcamiento para dejar el vehículo sin dificultad, pero el atractivo del lugar, lo llena enseguida. Esta laguna, se encuentra en el interior del Soto de las Juntas, por una ruta marcada y guiada en todo su recorrido, con una distancia de 7 km aprx. La primera parte de la misma me acerca al río Manzanares, bajo los cortados que flanquean el río de roca y yeso, y donde en sus alrededores, en las terrazas del Manzanares, hay varios vestigios de la guerra civil, de la batalla del Jarama.

La variada vegetación fluvial de ribera, ejerce un buen funcionamiento ecológico del río, de variada materia orgánica y microorganismos, favoreciendo una densa masa vegetal, junto a sus choperas y fresnos. Paralelo al río, se observa un árbol singular (populus Nigra), álamo Negro. El camino se acerca a la laguna del Soto, cargada de agua y de bastante volumen, de juncales y numerosa avifauna acuática, que puede observase de desde distintos miradores, habilitados para ello, como las cigüeñas, patos, somormujos, cormoranes, entre otros.
Aparcamiento del Soto de las Juntas.
Río Manzanares.
Hacia las Terrazas del Manzanares.
Árbol singular, Álamo Negro.
Río Manzanares.
Toda la ruta, esta marcada en su recorrido.
Laguna del Soto de las Juntas.
Un amplio camino, que invita al paseo y relax por su entorno natural.
Laguna del Soto de las Juntas.
El camino circular, bordea primero el río Manzanares y posteriormente el río Jarama.
La ruta por el soto de las juntas es circular, por donde el camino bordea su laguna. Una pequeña senda, se desvía del camino principal, para acercarse a ver la confluencia de los ríos Jarama y Manzanares. De retorno al camino, ahora paralelo al rio Jarama, se sigue disfrutando de la belleza natural de la ribera del río y de la laguna del Soto. El final del camino, se une al comienzo de la misma, acercándome nuevamente al aparcamiento.
Abandonando el camino principal, una pequeña senda me acerca a ver la confluencia entre los ríos Jarama y Manzanares.
Donde ambos ríos se unen.
Retornando al camino principal.
De nuevo en el camino, la ruta sigue ahora, paralelo al río Jarama.
Río Jarama.
En el recorrido, hay varios bancos, para descansar y relajarse en el medio.
Laguna del Soto de las Juntas, en la vertiente contraria.
Dejando atrás el aparcamiento, y saliendo del mismo hacia la autovía, se sigue por camino hacia la autovía y el río Jarama.
Y tomar una pequeña senda, que cruza por debajo de la autovía.
A continuación, dejo atrás el aparcamiento y se sigue por un camino amplio, paralelo a la A-3 y hacia el río Jarama. Una pequeña senda, pasa por debajo de los puentes de la autovía, llevándome a varias fincas, paralelas a la vía del tren. Se continua por amplio camino, paralelo a las vías del tren, que lleva al Puente de Arganda. Este puente lo cruzare, en el regreso. Un pasadizo, te cruza al lado contario de las vías, y se llega al inicio de la Laguna del Campillo.

La Laguna del campillo, como la gran variada red de lagunas de Rivas, son restos de su pasado minero, de la extracción de áridos. La explotación de estas graveras, dieron paso a la formación de numerosas lagunas, de diversas dimensiones, siendo la más grande la Laguna del Porcal. Con el tiempo, las lagunas se mantuvieron estables, debido al intercambio acuífero fluvial, con el rio Jarama, creándose un nuevo ecosistema acuático, de variada vegetación y gran atractivo para las aves acuáticas.

El camino bordea la laguna, y hay bancos a modo de miradores hacia la misma. Es una zona muy concurrida, por la amplitud de la laguna, y su gran valor paisajístico. El amplio camino, también va paralelo al rio Jarama y hacia el final de la laguna, hay un centro de educación ambiental. En su interior hay miradores y paneles explicativos de la laguna y recreaciones que muestran, el pasado prehistórico del entorno. La ribera de la laguna, esta salpicada de pequeños oasis de ribera, formado por zarzamoras, rosales silvestres, majuelos, álamos, fresnos, taray, etc.…Un hábitat cargado de vida, de juncos, carrizos, lentejas de agua, eneas... de gran valor natural.
Laguna del Campillo.
Camino, que bordea la laguna.
Otro banco, que te invita relajarse en el recorrido.
Laguna del Campillo.
Donde se pierde la mirada.
Hacia el río Jarama.
Entrada al centro educacional de la Laguna.
En uno de sus miradores.
Recreaciones del medio.
Reconstrucción a tamaño real, de un elefante prehistórico de la comunidad de Madrid.
Una vieja vía, de su pasado industrial.
El camino, termina en una pequeña senda que prosigue paralelo al rio Jarama. Siguiendo la misma, se llega al impactante puente de hierro de la antigua vía férrea del Tajuña.Un atractivo del entorno, esta en la figura del tren de Arganda (El que pita más que anda), que, a partir de marzo, realiza el recorrido entre Arganda y el apeadero de la laguna del campillo, en Rivas. Un tren de vapor y a veces diésel, realiza el recorrido de 4 km que separan ambas localidades, en un tiempo de 40 a 45 min. La ruta sigue bordeando la laguna por el camino de la casa particular del Piul, entre la vía férrea y los cortados que la flanquean. Yo, sin embargo, cruzo el impresionante puente de hierro de 175 m de longitud, para continuar la ruta por una senda, paralelo a unas fincas y al rio Jarama. En el puente hay un cartel, que avisa, sobre el peligro que supone cruzarlo, bajo la responsabilidad de cada uno. Tiene tramos de desgaste y puede producir sensación de vértigo. El mismo es evitable, retrocediendo por el camino que bordea la laguna, o regresando de manera lineal al inicio de la misma.
El camino termina en una senda, paralela al río Jarama.
Río Jarama.
Puente de Hierro del Tren.
Por el que hay que tener cuidado, si se decide cruzarlo.
En el recorrido, hay varias indicaciones del camino de Santiago y el de Uclés.
El seguir por la estrecha senda, me acerca a la ribera del rio Jarama, cargado de vegetación y densa flora, y me deja en el puente de Arganda, que cruzándolo me retorna al origen de la ruta.
Río Jarama.
Regresando por senda, hacia Rivas.
Con vistas al Jarama.
Una cigüeña, surcando el río.
Cruzando el Puente de Arganda.
Una ruta, en la que destacaría su gran valor paisajístico, de sus lagunas y la ribera de los ríos manzanares y Jarama.