domingo, 26 de enero de 2020

- Senda de los Molinos y Valle del Clamores, Segovia.



Track de la ruta.


Me he acercado a la ciudad de Segovia, para descubrir una ruta, con un encanto especial. Segovia es una de las ciudades más visitadas de España, llena de turistas los fines de semana, gracias a su riqueza cultural como gastronómica. Se remonta a miles de años atrás, con refugios prehistóricos neandertales, poblaciones celtiberas posteriormente, y la dominación romana a continuación. La urbe poco a poco creció rápidamente, lugar de paso de la trashumancia, se construyo la real fabrica de Paños, la casa de la moneda, así como la primera academia militar de España. Hay numerosos recorridos por la ciudad, destacando el acueducto romano, el Alcázar, la catedral, el barrio de los caballeros, la necrópolis judía, el torreón de Lozoya, y un largo etc.…Por donde perderte entres sus callejuelas. Aparte de su rico patrimonio histórico, hay una ruta que bordea la ciudad muy interesante, que transcurre por el río Eresma y el valle del clamores, entre el arroyo clamores.

Se puede empezar desde cualquier punto, hay un amplio aparcamiento a las afueras de la ciudad, donde finaliza el paseo de Ezequiel González, al lado de la necrópolis de la judería, lugar ideal para iniciar la ruta. Se cruza la cuesta de los hoyos, y se puede observar a lo largo de la misma, como hay, en varios tramos unas escaleras empedradas, que descienden al valle del Clamores, a pies de Segovia.

La dirección de la ruta, es indiferente, es circular. Yo elegí, ascender por la Puerta de San Andrés, recorrer Segovia y descender al río Eresma, y comenzar la ruta de los molinos, enlazando con la del Valle del Clamores. Otra forma, es realizarla a la inversa, seguir por el camino del Valle del Clamores que enlaza con la senda de los Molinos y recorrer Segovia.

Bueno, la primera parte el camino se introduce en el interior del Valle, por la vera de su arroyo el Clamores. El Valle del Clamores, flanquea la ciudad, con numerosos farallones rocosos, que dan cobijo a una numerosa fauna avícola, el camino se introduce entre una variada y densa vegetación, que va desde pinares, chopos, fresnos, castaños, arces, nogales, así como una amplia variedad de arbustos, que van desde los majuelos hasta los rosales silvestres. El valle también era un lugar de tenerías y huertas. Cruzando uno de sus puentes, asciendo a hacia la ciudad de Segovia, entrando por la puerta de san Andrés.
La Catedral, desde la cercana necrópolis de la judería, por la cuesta de los Hoyos.
Interior del Valle del Clamores.
Puente de la Estrella, antiguo paso de la vida a la muerte.
Ascendiendo hacia la parte amurallada de Segovia.
Puerta de San Andrés.
Ubicada en el lado Sur de la muralla, bien conservada del siglo XI, me acerca al interior de la ciudad. A recorrer, entre sus entramadas calles, el barrio de los Caballeros, La Cárcel real, el torreón de Lozoya, el Alcázar, la catedral y una de las joyas romanas de la península, como su acueducto.

Desde el acueducto, se prosigue hacia el río Eresma, bien por la avda. vía roma, como por cualquiera de sus calles, que te acercan a las orillas del río. Hay varios pasos que descienden al mismo, y carteles que te van ilustrando su senda fluvial, conocida como la senda de los molinos.
El Diablo del acueducto.
Recorriendo sus alrededores y bajando hacia el río Eresma.
Senda de los Molinos.
Antiguamente, formo parte de una amplia red molinera y de batanes, dando auge a su ciudad. La senda, es un agradable paseo por la ribera del río. Descendiendo sus aguas, se cruza un puente, que prosigue por un amplio camino, conocido como el paseo del Eresma, pasando primero por la Real fabrica de la moneda, y se va encajonando a medida que te acercas al Alcázar de Segovia. La senda pasa por las antiguas fabricas que dieron su forma, a la ruta, una primera parte estrecha y posteriormente un amplio camino, hasta el valle del Clamores. En invierno es habitual las heladas, y hay pasos equipados con maromas de cuerda, para evitar resbalarse.
Senda de los Molinos.
Primero aguas arriba.
De restos molineros..
Con un río Eresma, bien cargado de agua.
Un día ideal, para recorrer su senda.
Sigo ascendiendo, para adentrarme por el interior de las ruinas de uno de sus molinos.
Senda de los Molinos.
Por el interior de uno de los molinos.
Que te acerca a contemplar otro de los saltos de agua, del río.
Retrocedo, y continuo aguas abajo, paralelo al río.
Un hermoso recorrido, al atardecer.
Por su agradable senda.
Temática, por momentos.
Una pasarela de madera, te cruza a la vertiente contraria hacia el paseo del Eresma.
Monasterio del Parral.
Donde el Eresma, con las aguas más tranquilas, descubres sus  aves acuáticas.
Real fábrica de la moneda.
Por donde al poco, surge la silueta de su Alcázar.
El atardecer, refleja la luz sus grandes colmenas.
Desde la Pradera de San Marcos.
Un breve e ideal descanso, es el mirador de la pradera de San marcos, lugar ideal para sacarse una foto a pies del Alcázar de Segovia. Sigo por el camino, y al poco se abandona el mismo, por el puente que cruza el rio Eresma, en la confluencia con el arroyo clamores.

Un nuevo camino, que se adentra por el interior del valle, bordeando Segovia, entre su desfiladero y que te deja en el origen de la ruta.
Ultimo vistazo al río Eresma.
Se cruza el puente, que te introduce al Valle del Clamores.
Valle del Clamores.
Camino del Valle del Clamores.
Llegando de nuevo, por el valle, a la ciudad de Segovia.
Una ruta ideal, para pasar un día agradable sin duda, por Segovia.






sábado, 4 de enero de 2020

- Cañón del río Cega, La Velilla.

Info del entorno de la ruta.
Track de la misma.
Que buena manera de terminar el año, con esta hermosa y entretenida ruta. Me he dirigido al pueblo de la Velilla, en Segovia y justo a la salida del pueblo, cruzando el puente del río Cega, viniendo desde Pedraza, hay una buena explanada para dejar el vehículo. En la misma zona, hay un cartel ilustrativo del medio. Hay que seguir el camino, que paralelo al río, lleva al cañón del río Cega, conocido como el camino de La Velilla.

Hay 3 rutas que pueden llevarse por el entorno, balizadas. La Circular, que une La Velilla, Pajares de Pedraza y Pedraza de 26 km, La lineal hacia pajares de Pedraza de 11,5 km y la del cañón solamente de apx 7 km, que es la que yo llevare a cabo. Antes comentaros, que hagáis una parada, en el pueblo de Pedraza, una villa medieval, que os va a encantar.

Sigo por el camino, hasta llegar a un mirador, sobre el barranco del Cega y un molino restaurado, conocido con el nombre de la Cubeta. Se desciende, por amplias escaleras hacia su represa, que en estas fechas esta cargada de agua. Cruzando el puente, se prosigue la ruta paralela al río, donde un cartel a su inicio, advierte de su peligrosidad en algunos tramos, por lo resbaladizo del terreno, donde transita la ruta. En verano, con menos caudal, se hace más asequible para tod@s. Ahora, en invierno hay que estar más atentos, realizando la ruta, la humedad y heladas mañaneras, son habituales en la zona. La primera parte discurre, por la profundidad de su barranco, cargado de vegetación, de arbustos y arboleda de ribera, destacando los sauces, zarzales dando paso a encinares y sabinares, según se va avanzando por el medio natural.
Comienzo de la ruta, por el camino de la Velilla.
En dirección a Pajares de Pedraza.
El camino finaliza, en el mirador del río Cega y del Molino de la Cubeta.
Descendiendo hacia el río.
Represa del Molino, en el río Cega.
Comienzo de la senda, hacia Pajares de Pedraza por el cañón del río Cega.
La ruta bien balizada, se adentra al interior del cañón.
Impactante y de gran belleza natural.
Por donde te encontrarás, con numerosas escaleras, para sortear, los pasos de roca del barranco.
Y seguir acercándote al mismo.
También hay pasamanos, para seguir con la ruta.
Una ruta, muy atractiva y visual.
Que te entretiene por momentos.
Una pequeña selva, bastante densa por momentos, por donde la misma, serpentea y sortea varios roquedos, siguiendo el curso del río. En el recorrido, hay varias escaleras de troncos, que ascienden y descienden, por el barranco, así como pasarelas, cables y cadenas de seguridad, para agarrarse a ellos. Desde luego, una bonita manera de finalizar el año, por montaña, con mi naturaleza amiga, donde he visto algún que otro conejo atravesar sus prados, una nutria, el cantar de las aves. Hablando de aves, ya en primavera pueden contemplarse, desde ruiseñores, cucos, abubillas, jilgueros…dándose también en este ecosistema natural, corzos, jabalíes, ginetas, tejones, entre otros…Al igual que ranas, sapos, lagartos ocelados y la culebra de escalera. Una ruta tranquila y de gran belleza, internarse por la misma, salvaje por momentos, con el resonar de la fuerza de su río.
El río Cega, cargado de arbustos de ribera, ahora despoblados de sus hojas.
Por donde resalta el musgo de sus rocas.
Con pasos de rocas, donde usar las manos, fácilmente.
Por su pequeña vereda, infranqueable a veces.
Que te asoma, de vez en cuando a ver su río.
Y, que cada paso que das te sorprende.
Un bonito día, a pesar de la frialdad de la zona.
Donde el río baja con fuerza, por momentos.
Con un túnel, que pasa por debajo de la montaña.
Abriéndose hacia el valle, que baña los campos de Pajares de Pedraza.
Sobre el puente de piedra, donde finaliza el cañón, la senda prosigue hacia Pajares de Pedraza.
Retornando.
Llegando a La Velilla.
No tiene perdida alguna, está bien balizada y hay postes que guían la misma, hacia el pueblo de Pajares de Pedraza, por donde sigue su rumbo el río Cega.

Una ruta que os recomendaría realizar, quizás en primavera, con el verdor de su vegetación, y que, desde luego, seguro estoy que os gustará.