sábado, 9 de noviembre de 2019

- Ruta del río Aguisejo y su manadero.

Ficha Técnica.

Track de la ruta.


Nuestra siguiente ruta, nos lleva a conocer el Norte de la provincia de Segovia, por la ruta de los pueblos de colores. Ocho pueblos interesantes de recorrer, y perderse por ellos para conocer sus casas tradicionales y su arquitectura, basada en los materiales que se emplearon en su construcción.

Los Pueblos Rojos: Como Villacorta y Madriguera, construidos a base de arcillas y materiales ferruginosos, por la geología del lugar donde se asientan. Antiguos pueblos, donde encontrar detalles del románico y del mudéjar.

Los pueblos Negros: Como el Muyo, Becerril, Serracín y Negredo, construidos en base a la pizarra, donde el tiempo parece detenerse.

Y los pueblos amarillos, Alquite y Martín Muñoz de Ayllón, cuya base fundamental en su construcción fue debida a la cuarcita, que abunda por su región. Pequeños pueblos que se resisten, a perderse en el tiempo.

Una muy buena ruta a conocer, y adentrarse por estos pequeños rincones que el paso del tiempo, quiere borrar pero que desde mi punto de vista os recomiendo en visitar.

Una zona recorrida tiempo atrás, y la ruta que os voy a describir, parte desde las cercanías del pueblo de Santibáñez de Ayllón, pueblo que engloba los tres colores.

Dejando atrás Ayllón, se prosigue por la carretera comarcal SG-145 en dirección a Santibáñez, y a la altura del puente del Batán, dejamos el vehículo en el amplio camino, que hay paralelo al río Aguisejo.La primera parte de la ruta, transcurre por camino, hasta el pueblo de Santibáñez de Ayllón, el cual recorremos algunas de sus calles y casas de antiguo legado.
Puente del Batán.
Hacia Santibáñez de Ayllón.
Por la ribera del río Aguisejo.
Por un entorno agradable de recorrer.
Llegando a Santibáñez de Ayllón.
Por Santibáñez de Ayllón.
Vista general, de una antigua casa serrana, con su chimenea y horno.
Dejando atrás el pueblo, el camino nos lleva a conocer la cascada del río Aguisejo, en las estribaciones de un antiguo molino. Antes de llegar a la misma, se observa por su serranía, las antiguas minas de pizarra características de la zona. Cruzamos la carretera hacia el puente de San Miguel y cogemos el camino que nos lleva al pueblo de Grado del Pico. Nos sumergimos en la Sierra de Ayllón, en la amplitud del valle, destacan las zonas de cultivos y frutales, encajándose más, según nos acercamos al pueblo de Grado del Pico. Hay varias formaciones geológicas de interés como las formaciones de Gneises (rocas graníticas orientadas en forma de bandas), los restos erosivos de su pasado marino. El camino se interna por su masa forestal de pinos repoblados, también se dan los encinares, robles y hayedos. Un desvío del camino, desciende al molino del cubo, desvío que no cogemos, siguiendo la pista principal.
Dejamos atrás Santibáñez, siguiendo la ribera del río, en busca de su cascada.
Hacia las cascada.
Canteras de pizarra, de Santibáñez de Ayllón.
Ruta a la cascada del río Aguisejo.
En el recorrido, te puedes encontrar con algunos bancos.
Cascada del río Aguisejo.
Dejando el puente de San Miguel, nos adentramos al camino que va al pueblo de Grado del Pico.
El mismo atraviesa pequeñas canteras y zonas de cultivo.
Aún quedan moras, en los zarzales.
La ruta prosigue entre un bosque de pinares silvestres repoblados.
Una roca piramidal, nos señala la entrada a la cueva de Valhondo, por la cual nos introducimos. Siguiendo el camino, el mismo nos cruza por un paso de rocas, el río, adentrándonos a los cortados graníticos del valle. Un entorno natural hermoso de recorrer, en las cercanías del pueblo de Grado del Pico. Llegados al pueblo, seguimos las indicaciones hacia la senda de los caracoles, para conocer el manadero del río Aguisejo.

Desvío a la cueva de Valhondo.
La pequeña entrada, contrasta con la amplitud de su interior.
Por el interior de la misma, de escaso recorrido y sin salida.
El camino desciende a la orilla del río.
El cual se cruza, para continuar por la vertiente contraria al mismo.
Un entorno encajonado por su cañón.
En dirección al pueblo de Grado del Pico.
Bajo la mirada de sus pétreas rocas graníticas.
Y por la pequeña ribera, del río Aguisejo.
Un entorno más cerrado, que pronto dejaremos.
Hacia Grado del Pico.
A la salida del pueblo, tomamos la senda de los caracoles.
En busca del manadero del río Aguisejo.
Bajo las verticales paredes graníticas, donde hay varias vías de escalada, un pequeño manantial asoma, dando origen al río Aguisejo. En su chopera nos quedaríamos comiendo, y retornaríamos de manera lineal a nuestro punto de origen.
Manadero del río Aguisejo.
Donde comeríamos, en su cercana chopera.
Una ruta larga, pero de escaso desnivel, pero cargada de gran belleza natural y que me ha gustado conocer.