martes, 25 de junio de 2019

- Los secretos de Peguerinos

Track del recorrido.
Me he acercado al pueblo de Peguerinos, para realizar un recorrido, que me ha parecido una curiosidad, muy interesante en descubrir.

He unido un par de rutas, para abarcar unos grabados en roca, que seguro os van a sorprender. Sin embargo, adentrarse por el medio natural, por donde se desarrollan las rutas, se torna más complejo, ya que transcurre buena parte de la misma por estrechas sendas y tramos campo a través, por donde hay que progresar con más cuidado, entre los bloques de granito. Desde Peguerinos, se sigue por estrecha carretera, paralela al embalse de la Aceña, en dirección al camping del Valle de Enmedio y al Albergue Forestal Casa de la Cueva. La ruta puede empezarse desde cualquiera de los sitios. Yo tomo el desvío hacia el Albergue, y dejo el vehículo en una explanada, al lado de la carretera, antes de llegar al Albergue, pero también puede dar comienzo desde el Albergue. Este desvío previo, me permite acercarme primero, al entorno de la Mariposa Isabelina, donde hay un monumento en su honor, pues es allí, donde se encontró. Una de las joyas más valiosas de Guadarrama, cuando se descubrió en el siglo XIX, por el catedrático Mariano de la Paz Graells, director del museo de ciencias naturales y del jardín botánico de Madrid. El medio natural, por donde se localiza es impresionante, los pinares llanos, una importante masa boscosa, de gran valor ecológico, lugar donde el Lobo Ibérico merodea, en busca de alguna presa. Prosigo por senda, la cual a veces se pierde la traza y otras, tienes que ir por trochas, campo a través, hacia las Canteras de Navalacuerda. Las mismas, son más accesibles, por la senda que viene del Albergue. Unas canteras, donde se dio forma a la roca, para la construcción de un canal de agua, que abasteciera al Monasterio del Escorial, hace varios siglos. Un proyecto olvidado con el tiempo… tomo la senda paralela al arroyo de Navalacuerda, hacia el Albergue, por un hermoso tramo cargado de gran belleza botánica. Un tramo de Helechos, de gran variedad de líquenes, de Orquídeas, Narcisos, Siempreviva, Campanillas…
Carretera que lleva al Albergue de la Casa de las Cuevas, cercanías del Vado de los Burros.
Adentrándome a los Pinares Llanos.
Una inmensa masa forestal de Pinares Albares.
En dirección a las Canteras de Navalacuerda.
Por una pequeña trocha...
Canteras de Navalacuerda.
Por el sendero del Arroyo de Navalacuerda..
Cargada de gran belleza botánica.
Llegando al Albergue, a la derecha el ascenso a la Cresta de la Cueva.
Llegado al Albergue, donde un grupo de niños se divierten por sus alrededores, asciendo hacia su pedriza granítica, que dibuja formas en sus rocas, hacia la Cresta de la Cueva, por una senda señalizada hacia el Refugio de la Naranjera. Bordeando el mismo, se puede disfrutar, de una buena panorámica, de las mejores seguramente, del Valle de los Caídos. Desciendo hacia la Portera del Cura, para coger el camino de las Navacuelas. Una pista ancha, que te acerca al Campamento de Peñas Blancas. Se deja atrás el campamento, y otro camino, hacia el campo, que bordea el campamento, es mi siguiente destino. El mismo lo abandono enseguida para buscar una pequeña senda, paralela al arroyo del Collado Hornillo. Empiezo mi búsqueda, de la figura pétrea de la Cara de Peguerinos, la misma no esta indicada. Y hay que cruzar el arroyo, para seguir un camino que pasa al lado de la Cara de Peguerinos. Una talla, misteriosa y que te sorprende encontrar, perdida en el bosque. De origen desconocido, aunque se especula, que se hiciese, en tiempos de la Guerra Civil. Más adelante, vuelvo a cruzar el arroyo, por una pequeña senda, hacia el Camping del Valle de Enmedio. Durante la ruta, es necesario tanto el mapa, y un GPS para orientarse correctamente, entre la variedad de caminos, sendas y navegación sin traza, que lleva este recorrido.
Por pequeña senda, hacia la Cresta.
La senda está marcada, hacia la dirección del refugio de la Naranjera.
Por el entorno granítico, hay otra cantera más.
Zona del refugio de la Naranjera, bordeando el mismo, se llega a un mirador natural, del Valle de Cuelgamuros y del Valle de los Caídos.
Campamento de Peñas Blancas.
Por la pista, hay un desvío entre el vallado, que bordea el campamento.
Y tomar una pequeña senda paralela al arroyo.
Una senda, a la orilla contraria del arroyo, lleva a la conocida Cara de Peguerinos.
Cara de Peguerinos.
De nuevo, por la senda del arroyo del Collado Hornillo.
Entre su masa forestal...
Te encuentras figuras, moldeadas al viento, el Pato.
Llegando al Camping.
Por camino primero...
Ascenso sin traza, en dirección al circo granítico del Valle de Enmedio.
Una mirada por los alrededores.
Una pequeña trocha me sale al paso, con improvisadas rocas, a modo de hitos, me acercan al paso
Le he llamado el paso de la Esfinge...
La misma, a modo de vigía, vigila el paso...
Comienza el juego....
Peñas Blancas...
Desde el Camping, hay una ruta habitual por camino, si se quiere ascender a la cima de Cueva Valiente. Una cima, que ascendí tiempo atrás desde la vertiente contraria enlazando con la cima del Cabezo Lijar. Sigo Norte, por el camino, y abandonar el mismo sin traza, por una pendiente bastante pronunciada. Un circo pétreo de abundante granito, y grandes paredes, donde me acerco a un paso entre sus paredes verticales, donde las rocas parecen vigilantes, a cuál esfinge para atravesar su estrecho. Al poco de cruzar el paso, me introduzco por un laberinto granito, para avanzar, entre zonas desplomadas, puentes improvisados de roca y seguir ascendiendo, en busca de los misterios ocultos de sus rocas. Donde observar las paredes de las Peñas Blancas, lugar donde el diablo escondió su calderín de doblones de oro. Hay un descenso un poco complicado, entre las rocas de granito, para tomar una pequeña senda, que permite descubrir, sus escondidos secretos. Llego a los petroglifos del Ojo que todo lo Ve, y cercano al mismo el del Trébol de 4 hojas, igual de misteriosos, como su origen.
Una mirada atrás de mi destrepe….
Y tomar otra pequeña senda, que se adentra, por las entrañas de las rocas...
Otro ascenso...
Otras trepadas....
Para llegar y descubrir lugares de Poder, el Petroglifo del Ojo que todo lo ve...
Y el del Trébol de 4 hojas....
Para hacerla circular, desciendo hacia la cañada del Hornillo, donde hay una carretera que lleva al Camping del Valle de Enmedio. El cual dejo atrás, para proseguir al Vado de los Burros, origen de mi ruta.
Atrás dejo los petroglifos, y desciendo monte a través hacia la cañada del Hornillo.
Entre bosque cerrado, y cortados de roca, por los que hay que transitar con cuidado.
Y desembocar, en la cercana cañada.
La misma termina en la carretera, que lleva al Camping, por la cual me he encontrado una serie de coches clásicos...Otro misterio más...
Una ruta, cuya dificultad, está en su orientación y la progresión, entre los roquedos de granito que te encuentras, pero muy divertida.

domingo, 16 de junio de 2019

- Senda del Caslilla y cueva del Ranchón


Track de la ruta.
Info de la senda del Caslilla.
Estamos por la provincia de Segovia, para recorrer sus grandes bosques de Sabinares, entre los pueblos de Casla y Sigueruelo. Nosotros comenzamos desde Casla, por una ruta indicada, paralela al río Caslilla, afluente del río Duratón. Buena parte de la ruta es un amplio camino, que poco a poco se sumerge entre sabinares y pinares, por el entorno fluvial, del pequeño río. La ruta indicada, nos lleva a un cruce de caminos, donde hacemos una variante, y acercarnos a la entrada de la Cueva de las Mesillas, la cual exploramos su boca cueva. Con una longitud entorno a los 400 m, con galerías por su interior, desembocando en una gran cavidad de más de 27 m. Recorrerla, llevaría buena parte de la mañana, y hay que ir bien preparados, para adentrarse por su interior. La dejamos atrás, y retrocedemos de nuevo al cruce anterior, y seguir la Senda del Caslilla.
Dejando atrás Casla, comenzamos la ruta de la senda del Caslilla, indicada.
Buena parte de la misma es un amplio camino.
Pequeño puente, que nos cruza a la vertiente contraria del pequeño río.
Por su entorno fluvial.
Hacia sus bosques de sabinares y pinares.
Senda del Caslilla.
Cargado de grandes sabinares.
Entrada a la cueva de las Mesillas, entre los enebrales del entorno.
Su interior, estrecho, desemboca en una rampa, con acceso a dos galerías.
De regreso a la Senda, el camino desciende bruscamente buscando el río.
Por su entorno de sabinares.
El camino, desciende bruscamente, hacia el interior del pequeño cañón del río, el cual va cogiendo forma, formando grandes farallones de caliza. La senda, asciende hacia la cota superior del Cañón, y un desvío indicado nos lleva a la Cueva del Ranchón. Si no se quiere subir, la senda prosigue su ruta hacia Sigueruelo. El ascenso a la Cueva del Ranchón, empieza con una pequeña senda, paralela a los cortados del Cañón, que supera un resalte rocoso para introducirse a una pequeña terraza de sus verticales paredes, algo expuesta, por donde hay que ir con precaución por la misma. Nos ponemos los frontales y recorremos íntegramente la Cueva. La entrada a la cueva es bastante grande, con buena altura y pequeños tragaluces, que la dan un colorido especial. El segundo tramo, se adentra por una única galería de 76 m de largo. Es bastante estrecha, donde hay que ir agachados y pegados, en algunos tramos a la pared de su interior, la última parte ya tumbados. Precaución en su interior, evitar días lluviosos, por anegaciones de agua, en la misma, personas con claustrofobia y de mayor envergadura. Por lo demás, una buena aventura.
Una ruta, agradable de recorrer.
Y disfrutar de sus grandes bosques.
Cañón del Caslilla.
La senda, asciende hacia la cota superior del cañón, entre sus paredes de caliza.
Cartel, del inicio del ascenso a la Cueva del Ranchón.
Senda hacia la Cueva.
Una mirada atrás, según ascendemos.
Por su terraza.
Entrada a la Cueva del Ranchón.
Boca Cueva del Ranchón.
Con los frontales, por su interior.
Por donde poco a poco, se va estrechando.
Para introducirte, entre sus estrechas paredes.
Por donde se avanza lateralmente y agachados en algunos de sus tramos.
Algunas veces de rodillas.
Se complica un poquito....
Final de la cueva, ya casi tumbados.
Atrás dejamos la Cueva del Ranchón y seguimos por la senda del Caslilla, por el perfil de su cañón, varios carteles nos avisan, de posibles caídas al mismo, por donde hay que tener cuidado si nos salimos del camino. Un amplio camino, que nos introduce, por enormes sabinares, contemplando la grandiosidad de “La Enebra”, en el cercano pueblo de Sigueruelo, al cual nos acercamos.
De nuevo en la senda del Caslilla.
Ascendiendo hacia la parte superior del cañón.
Entre pasadizos rocosos.
Varias señales, nos advierten de la peligrosidad, de transitar por el perfil del cañón.
La profundidad de sus bosques de sabinares.
Desde lo alto de su cañón.
Un camino, con su propio encanto.
De pequeñas praderas...
Sabinar de "La Enebra"
Desvío hacia Sigueruelo o a Casla.
Acercándonos a Sigueruelo.
Y de retorno a Casla.
Área recreativa de Casla.
Su curiosa fuente...
Seguimos su senda hacia Casla, de nuevo entre sus sabinares, para terminar, comiendo en una recreativa, muy bien acondicionada.