domingo, 29 de diciembre de 2019

- Hayedo de Tejera Negra

Plano de la ruta.
Track de la ruta.
Información del medio Natural.
Uno de los mejores Hayedos de Europa, es sin duda el Hayedo de Tejera Negra, que, durante el otoño, su principal recorrido por la senda de las Carretas, hay que reservarlo, debido a que se llena con facilidad los fines de semana.Hay que dirigirse al pueblo de Cantalojas, y ya desde allí seguir las indicaciones hacia el Hayedo de Tejera Negra.Se llega al punto de control, del centro de interpretación del parque natural, desde una pista bien conservada te acerca al aparcamiento superior del hayedo, 8 km aprx. Ahora, ya en invierno, con menos visitantes, deja otro color, para algun@s más apagado, pero la naturaleza le gusta vestirse de maneras diferentes, según las estaciones del año. Y el invierno, tiene una ventaja sobre las estaciones otoñales, primaverales y veraniegas. Es la estación con mejor contraste y luz solar, que tenemos, a pesar de sus días cortos. La arboleda despojada de sus hojas, dejan entrever la inmensidad de sus bosques, con los ríos y arroyos cargados de agua.

El Hayedo de Tejera Negra, tiene un microclima especial, albergando numerosos bosques de hayas, pinares y robledales, mezclado con algunos Tejos, acebos y abedules. El musgo, de su medio natural hacen un tapiz, que atrae a sus visitantes. Bajo la mirada, de la cima de la Buitrera, donde lo bañan los ríos Lillas y Zarzas y rico en la diversidad de hongos, que lo repueblan.

Hay 2 sendas bien diferenciadas, la popular Senda de las Carretas, que hay que reservar, de casi 7 km y la senda del robledal, cercana a 17 km, que permite enlazar ambas, dejando una ruta superior a los 20 km. Esta última, parte del centro de interpretación del hayedo, y no es necesario reservarlo, aun así, suele darse bastante confluencia de vehículos los fines de semana otoñales.

Me he llevado a una sobrina, para que conozca el Hayedo, y ahora ya en invierno, la reserva en diario casi no hace falta, aun así, hay que reservarlo. Realizamos la ruta de las Senda de las Carretas, más solitaria y disfrutona en recorrer tranquilamente. La senda está marcada y balizada, con postes y marcas blancas. Una primera parte, por praderas amplias, paralelos al río Lillas, aguas arriba.
Comienzo de la ruta.
Entre los pastizales húmedos.
En la ruta, encontrarás varios carteles ilustrativos del medio.
Una mirada, hacia el río Lillas.
Una buena panorámica del lugar.
Donde el río, baja con fuerza.
Con mi sobri May, dejando el río Lillas atrás.
Dejando los pastizales húmedos, la senda se introduce entre robledales, por una zona barrancosa, donde poco a poco, las hayas comienzan a aparecer. Llegamos a la reconstrucción de una antigua carbonera, de donde se obtenía el carbón natural, transportada por carretas a los pueblos ribereños. Una ascensión más pronunciada, nos deja en la pradera de Matarredonda, con una gran panorámica del valle, y lugar ideal para tomar un bocadillo relajados, bajo la mirada del cielo azul. Proseguimos la senda, por su parte alta, entre bosques de Hayas, pinares y robles, donde se mezcla con la senda del robledal, y observando algún tejo centenario, un descenso más brusco, nos deja de nuevo en el aparcamiento del Hayedo de Tejera Negra.
Nos adentramos por el interior de sus bosques.
Provistos de sus hojas, destacando los robles melojos.
El arroyo de las carretas.
Llegando a una carbonera reconstruida.
Interesante y divulgativo, leerse el cartel donde se describe el proceso de la obtención del carbón natural.
Un arroyo, pequeño pero con la fuerza de bañar sus bosques.
Entre los bosques de hayas.
Hay varios puentes en el recorrido.
Otros más pequeños y deteriorados, por el paso del tiempo.
De bonitas cascadas.
Pradera de Matarredonda.
La senda desbordada, por el arroyo se adentra en la profundidad de sus bosques.
Aún con los restos del pasado otoño.
Retornando de manera circular al inicio de la ruta.
Entre la inmensidad de su arboleda.
En donde confluyen ambas sendas.
De bellas estampas invernales entre sus bosques.
Agradables en recorrer.
Abriéndose hacia el valle.
Y llegar al aparcamiento del Hayedo de Tejera Negra.
Una ruta corta, si…pero cargada de gran valor natural e imprescindible en conocer, no en una vida, sino en muchas vidas.

Reservas del parque:

Reserva del hayedo de Tejera Negra

viernes, 27 de diciembre de 2019

- Las Estatuas de Condemios de Arriba


Track de la ruta.
Hace un tiempo, echaron en el canal autonómico de castilla la mancha, un pequeño reportaje de una ruta singular, en las cercanías del pueblo de Condemios de Arriba.

Conocido como proyecto 3, donde se fueron esculpiendo con herramientas de carpintería y motosierras, aprovechando los tocones de pinares, diferentes obras de arte, fusionados en la naturaleza. Actualmente hay 9 esculturas, de las 22 proyectadas. Las mismas fueron señalizadas y descritas, por el personal del albergue de Condemios.

Para llegar hasta allí, desde Condemios de Arriba, hay que seguir la carretera hacia, Galve de Sorbe, en donde se observa a la izquierda la entrada de una pista forestal, al interior de los pinares. Hay una portezuela metálica, normalmente abierta, para dejar el vehículo en sus inmediaciones.
Desde la pista forestal, Poste indicativo del desvío de la carretera.
El Indio.
Primera parte por camino.
Ruta a seguir.
Alguna de las indicaciones.
Lo primero, la ruta en su inicio, esta poco indicada, hay algunos postes y mojones, algunos de ellos ya desaparecidos, que te guían en el recorrido. Un lugar tranquilo, y agradable de recorrer entre la masa forestal abierta de pinares. Es de fácil seguimiento, y hay que fijarse bien para no dejarse alguna de las estatuas en el camino.Suele haber ganado vacuno suelto, por su interior, por lo cual no esta de más recordar, que hay que respetar tanto a los animales como el medio forestal por el que se transita. Una ruta corta, diferente, para pasar un ratito, en la naturaleza.

La Pagoda.
Nunca sabes, donde te va a surgir una nueva escultura.
Pegaso.
La Cremallera.
La Parca.
La Eva Desnuda.
En una zona de amplitud forestal.
Por donde un pequeño riachuelo, serpentea, buscado la salida.
El Abrazo.
Las siguientes a descubrir, son el guerrero celta y la cara de Árbol, eso ya lo dejo para vosotr@s....


sábado, 9 de noviembre de 2019

- Ruta del río Aguisejo y su manadero.

Ficha Técnica.

Track de la ruta.


Nuestra siguiente ruta, nos lleva a conocer el Norte de la provincia de Segovia, por la ruta de los pueblos de colores. Ocho pueblos interesantes de recorrer, y perderse por ellos para conocer sus casas tradicionales y su arquitectura, basada en los materiales que se emplearon en su construcción.

Los Pueblos Rojos: Como Villacorta y Madriguera, construidos a base de arcillas y materiales ferruginosos, por la geología del lugar donde se asientan. Antiguos pueblos, donde encontrar detalles del románico y del mudéjar.

Los pueblos Negros: Como el Muyo, Becerril, Serracín y Negredo, construidos en base a la pizarra, donde el tiempo parece detenerse.

Y los pueblos amarillos, Alquite y Martín Muñoz de Ayllón, cuya base fundamental en su construcción fue debida a la cuarcita, que abunda por su región. Pequeños pueblos que se resisten, a perderse en el tiempo.

Una muy buena ruta a conocer, y adentrarse por estos pequeños rincones que el paso del tiempo, quiere borrar pero que desde mi punto de vista os recomiendo en visitar.

Una zona recorrida tiempo atrás, y la ruta que os voy a describir, parte desde las cercanías del pueblo de Santibáñez de Ayllón, pueblo que engloba los tres colores.

Dejando atrás Ayllón, se prosigue por la carretera comarcal SG-145 en dirección a Santibáñez, y a la altura del puente del Batán, dejamos el vehículo en el amplio camino, que hay paralelo al río Aguisejo.La primera parte de la ruta, transcurre por camino, hasta el pueblo de Santibáñez de Ayllón, el cual recorremos algunas de sus calles y casas de antiguo legado.
Puente del Batán.
Hacia Santibáñez de Ayllón.
Por la ribera del río Aguisejo.
Por un entorno agradable de recorrer.
Llegando a Santibáñez de Ayllón.
Por Santibáñez de Ayllón.
Vista general, de una antigua casa serrana, con su chimenea y horno.
Dejando atrás el pueblo, el camino nos lleva a conocer la cascada del río Aguisejo, en las estribaciones de un antiguo molino. Antes de llegar a la misma, se observa por su serranía, las antiguas minas de pizarra características de la zona. Cruzamos la carretera hacia el puente de San Miguel y cogemos el camino que nos lleva al pueblo de Grado del Pico. Nos sumergimos en la Sierra de Ayllón, en la amplitud del valle, destacan las zonas de cultivos y frutales, encajándose más, según nos acercamos al pueblo de Grado del Pico. Hay varias formaciones geológicas de interés como las formaciones de Gneises (rocas graníticas orientadas en forma de bandas), los restos erosivos de su pasado marino. El camino se interna por su masa forestal de pinos repoblados, también se dan los encinares, robles y hayedos. Un desvío del camino, desciende al molino del cubo, desvío que no cogemos, siguiendo la pista principal.
Dejamos atrás Santibáñez, siguiendo la ribera del río, en busca de su cascada.
Hacia las cascada.
Canteras de pizarra, de Santibáñez de Ayllón.
Ruta a la cascada del río Aguisejo.
En el recorrido, te puedes encontrar con algunos bancos.
Cascada del río Aguisejo.
Dejando el puente de San Miguel, nos adentramos al camino que va al pueblo de Grado del Pico.
El mismo atraviesa pequeñas canteras y zonas de cultivo.
Aún quedan moras, en los zarzales.
La ruta prosigue entre un bosque de pinares silvestres repoblados.
Una roca piramidal, nos señala la entrada a la cueva de Valhondo, por la cual nos introducimos. Siguiendo el camino, el mismo nos cruza por un paso de rocas, el río, adentrándonos a los cortados graníticos del valle. Un entorno natural hermoso de recorrer, en las cercanías del pueblo de Grado del Pico. Llegados al pueblo, seguimos las indicaciones hacia la senda de los caracoles, para conocer el manadero del río Aguisejo.

Desvío a la cueva de Valhondo.
La pequeña entrada, contrasta con la amplitud de su interior.
Por el interior de la misma, de escaso recorrido y sin salida.
El camino desciende a la orilla del río.
El cual se cruza, para continuar por la vertiente contraria al mismo.
Un entorno encajonado por su cañón.
En dirección al pueblo de Grado del Pico.
Bajo la mirada de sus pétreas rocas graníticas.
Y por la pequeña ribera, del río Aguisejo.
Un entorno más cerrado, que pronto dejaremos.
Hacia Grado del Pico.
A la salida del pueblo, tomamos la senda de los caracoles.
En busca del manadero del río Aguisejo.
Bajo las verticales paredes graníticas, donde hay varias vías de escalada, un pequeño manantial asoma, dando origen al río Aguisejo. En su chopera nos quedaríamos comiendo, y retornaríamos de manera lineal a nuestro punto de origen.
Manadero del río Aguisejo.
Donde comeríamos, en su cercana chopera.
Una ruta larga, pero de escaso desnivel, pero cargada de gran belleza natural y que me ha gustado conocer.