martes, 14 de marzo de 2017

- Ascenso a las cimas de las Cabreras

Track de la ruta.



Desde pequeño, durante varios años, mi padre siempre me llevaba consigo de pesca al embalse del Atazar, compraba el pan en el Berrueco y pasamos el domingo por la mañana pescando. Yo poco pescaba, pero me entretenía recorriendo el entorno del embalse, adentrándome entre las casetas de pizarra, un sin parar de aquí allá. Siempre terminábamos en el barrio madrileño de Tetuán, mucho ha llovido ya, pero aún quedaban grabados en mi retina, una gran infancia donde los fines de semana el Atazar y la Pedriza fueron mi patio de recreo.
Por qué os cuento esto…uhm…Cuando pasábamos por la antigua carretera que iba al Berrueco, siempre me fijaba en la silueta piramidal de los cerros circundantes, y me decía a mí mismo algún día me los subiré todos, algún día…
Y ese día fue el Sábado, y para allí fui con mi compi de aventuras, que siempre que puede, se escapa para perdemos a descubrir nuevos lugares.
Los cerros de las Cabreras, impresionan más por su Cara Norte, cuando se viene por la carretera de Burgos hacia Madrid, esos picos piramidales en la vertiente contraria del pueblo de la Cabrera.
Para comenzar la ruta, hay que dirigirse hacia el Berrueco y desviarse a la urb. De la Pradera del Amor. Dejo el vehículo, en la parte superior de la urb, cercana a los cerros. Hay un camino, que bordea el cordal sin necesidad de ascenderlos, interesante para recorrerlo con la Mountain Bike. Tomamos el camino, en dirección al Berrueco bordeando Sur el cordal de las Cabreras. 
Desde la parte alta de la urbanización, comienza nuestra ruta con vistas a los últimos cerros.

Por camino, bordeamos la Cara Sur de las Cabreras en dirección al Hornillo.

Vistas hacia el Berrueco y el Atazar.

Una parada en el camino, para desviarme y escalar el Puente del Berrueco.

Nuestro caminar, por senda hacia el Berrueco.

Algún que otro tramo encharcado.

Llegando al Berrueco.
Nuestra dirección Noreste nos lleva hacia el Hornillo, dejamos el Berrueco a un lado y nos apresuramos a conocer unas rocas singulares, conocida como la Peña de la Horca.

Hacia la Peña de la Horca.

Peña de la Horca.

Soy más cabra que las cabras...
La senda nos encamina de nuevo hacia la carretera M-131 desde se observa una buena pista de tierra, parte del GR, que nos acercará a la Cara Norte de las Cabreras.
Un lugar que atraía a los cabreros y geólogos, en la conocida cueva de los cristales. Después llegaron los canteros, donde extraían y daban forma al granito, hay varias canteras diseminadas por la serranía.
Al aproximarnos al primer cerro, comenzamos una lucha entre los matorrales y zarzales que abundan por el lugar, para comenzar a trepar entre caos de bloques, bolos de granito.
Retornando hacia el cordal de las Cabreras.

Por GR, en dirección a la Cara Norte de los cerros.
Aproximación a los Cerros.
Algún que otro tramo más complicado.
Trepando, fácil la primera parte.
Y seguimos...
Y vamos sumando cimas...
Una caseta de los canteros a pie de la cima de la Cabrera.
Ascendiendo a la cima más alta.
En una enorme laja de roca, descansando contemplando las vistas del lugar.
Vistas desde la cima de la Cabrera hacia el Pico de la Miel.
Cima de la Cabrera.
Y seguimos, con la marcha...
Que entretenido es esto, da mucho juego, pero siempre con cuidadín...
Mas zarzas...
Vistas desde la cima del Pico de la Vaca.
Cima del Pico de la Vaca.
Ascendiendo el ultimo cerro, el Pesebre.
Cima del Pesebre.
Destrepe final, para regresar por camino a nuestro punto de partida.
Hay que tantear los pasos, buscando la menor dificultad mientras ascendemos, así con los cerros restantes. El segundo y más alto el de la cabrera tiene un vértice geodésico, vamos asegurando los pasos en el descenso, para remontar el 3º y 4º cerros, el de las Vacas y el Pesebre.
Ahora bien, hay que extremar las precauciones en el ascenso de los cerros, la aproximación desde la base está muy sucia, en el sentido de matorral y zarzales muy espesos, que hay que atravesar. Hay que ir sorteando algunas grietas bien profundas, que hay entre los bloques de granito en alguno de los cerros, y trepando entre los mismos, con algún paso más expuesto, entre grado 2 y 3, sin necesidad de necesitar material de escalada. Hay que tener experiencia en moverse por este tipo de terrenos más delicados, que aunque no sean difíciles, hay que tener bastante cuidado.
En la cima del Pesebre, nos quedamos comiendo con las vistas del Pico de la Miel y del tránsito circulatorio de la carretera de Burgos.
Un recorrido duro, entre la espesa vegetación, las trepadas y destrepadas de los cerros, con unas buenas vistas del entorno del Atazar, cumpliendo sueños.


2 comentarios:

  1. Muy atractiva trabajada propuesta. Veo que te has propuesto ascender cada pico de nuestra querida piel de toro. Eres una persona a imitar, pues desprendes amor por las montañas, amigo.
    Al final va a ser verdad que "La Cabra" tira siempre pal monte.
    Un abrazo, y gracias por tus propuestas.

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    1. Hola Fran y gracias, he estado paradillo estos días, largo de contar por mi mala cabeza.Me alegra que te haya gustado la entrada, y es verdad a este ritmo, me voy a subir un infinidad de picos y montañas, que tienen su atractivo particular, menos conocidos pero con cierto magnetismo que atraen.Y siempre se descubren, lugares y paisajes a los cuales más curiosos.De nada y Un abrazo.

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